El pueblo de San Benito entró en estado de psicosis. Buen parte de sus tres mil habitantes y quienes viven en los alrededores de esta localidad, ubicada a 13 kilómetros de la ciudad entrerriana de Paraná, han comenzado a ver réplicas por doquier de la chica secuestrada el domingo pasado. En las últimas 24 horas, los equipos de elite de seguridad corrieron a camionetas sospechosas, atravesaron campos, allanaron más y más viviendas, corriendo detrás de las denuncias. Al equipo de la provincia, la Policía Federal sumó la División Antisecuestros. Se agregaron, además, 200 cadetes de la escuela de policía de Entre Ríos, un helicóptero del Ejército y la búsqueda espontánea de sus vecinos. Anoche, Fernanda Aguirre aún no había aparecido. La causa ya pasó a manos de la Justicia Federal.
El jefe de la policía entrerriana, Ernesto Geuna, encabeza personalmente la búsqueda de Fernanda, la chica por la que sus padres ya pagaron 2000 pesos de rescate. El rastrillaje se reanudó a la mañana, en un campo vecino, al que la policía llegó con información que indicaba que en ese lugar podían tener oculta a Fernanda.
Libia, una de las tías de la nena, aseguró que la banda se comunicó cuatro veces con la familia, la última, el lunes de madrugada, para decirles que ya tenían el dinero y que iban a liberarla. La tía consideró que su sobrina está en manos de varias personas y descartó que se hubiera ido de su casa por su propia voluntad, lo mismo que vienen sosteniendo sus padres en contraposición de los rumores difundidos por algunos medios locales.