SOCIEDAD
› INVESTIGAN SI LA TRAGEDIA DE ASUNCION FUE POR UN ATENTADO
Un infierno que pudo ser intencional
Tres oficiales del FBI buscan huellas de algún artefacto explosivo. Ya hay 367 muertos, aunque fuentes judiciales elevaron la cifra a 404. De los 500 heridos, 80 están internados en “grave estado”.
A pesar de la llegada de tres peritos del FBI, expertos de Colombia y del Mercosur, todavía se ignoran las causas del desastre ocurrido el domingo en el shopping Ycuá Bolaños de Asunción del Paraguay. En medio de una variada gama de hipótesis, no se descarta la posibilidad de un atentado. A pesar de la incertidumbre sobre las causas, dos fiscales acusaron formalmente por “homicidio doloso” a tres propietarios del comercio y a cuatro empleados que habrían cumplido la orden de cerrar las puertas, medida que potenció la tragedia, más allá de las razones que motivaron el incendio. Aunque fuentes del gobierno confirmaron que hay 367 muertos, voceros de la Justicia elevaron la cifra a 404. Entre los fallecidos hay 44 cuerpos que siguen sin ser identificados, mientras se habla de más de un centenar de personas desaparecidas. Cerca de 500 heridos están internados en distintos hospitales y clínicas, 80 de ellos “en grave estado”, confirmaron anoche a Página/12 fuentes del Ministerio del Interior del Paraguay.
“Los testigos afirman que, luego de una explosión, vieron salir una lengua de fuego que cubrió buena parte del patio de comidas. Hay personas que murieron calcinadas, sentadas, en sus sitios, donde quedaron como si estuvieran petrificadas”, explicó a este diario una fuente del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Asunción. La imagen descripta por los bomberos, acerca de los cuerpos, “como petrificados”, recuerda lo ocurrido hace diez años en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, en el Shooting Baires, donde lo que se produjo fue una deflagración, es decir un incendio fulminante y breve que calcinó a las nueve víctimas fatales. “Esa posibilidad se analiza entre las hipótesis, que hablan también de una explosión por escape de gas e incluso de un posible atentado, pero por ahora no hay nada confirmado”, dijo a Página/12 el comandante Juan Carlos Valdez, del Cuerpo de Bomberos.
“Tres oficiales del FBI están buscando huellas que puedan determinar la presencia de algún artefacto explosivo. En la tarea colaboran expertos de Colombia que han intervenido en la investigación de secuestros y atentados, y también llegaron especialistas de Argentina, Brasil y de otros países del Mercosur, pero por ahora no tenemos las conclusiones”, sostuvo Valdez, quien estimó que hoy podría tenerse alguna hipótesis más firme. A pesar de las dudas, los fiscales Teresa Sosa y Edgar Sánchez resolvieron acusar por “homicidio doloso” a los dueños del shopping y a cuatro empleados. Los tres propietarios fueron enviados a la cárcel de encausados de Asunción y ellos podrían recibir una condena de hasta 25 años de prisión, mientras que el resto tiene acusaciones de menor gravedad.
Los fiscales resolvieron también que se trabe un embargo contra los acusados hasta cubrir la suma de 12 millones de dólares. La medida fue dispuesta a partir de los testimonios coincidentes, de varios sobrevivientes, sobre la existencia de una orden para que fueran cerradas las puertas de salida, lo que provocó centenares de muertes por asfixia, dado que todos los visitantes se atropellaron y se aplastaron entre ellos al no poder escapar de la trampa mortal en la que habían caído.
Entre los siete imputados están Juan Pío Paiva, dueño del local, y uno de sus hijos, Daniel Paiva, que, según algunos testimonios, habría sido el que dio la orden de cerrar las puertas para evitar eventuales saqueos. La mayor acusación pesa sobre el accionista principal, Juan Pío Paiva. También se conocieron los nombres de otros cinco imputados: el gerente del supermercado, Humberto Casaccia; Daniel Areco, Eder Sánchez Martinetti, Ismael Alcaraz y Jorge Daniel Penayo Ojeda. A Casaccia se lo acusa de “omisión de auxilio” y podría caberle la prisión domiciliaria. El fiscal general Oscar Latorre aclaró que los custodios del supermercado “no están detenidos, como dijeron algunos medios, sino que se encuentran internados porque también fueron víctimas del incendio”.
Mientras los voceros del Ministerio del Interior confirmaron que hay 367 muertos, la secretaria del Ministerio Público Fiscal del Paraguay, Andrea Mayeregger, dijo que hay 404 muertos y 500 heridos, según un cable de la agencia de noticias Télam. Voceros del ministerio precisaron que fueron enviadas a un regimiento militar “19 bolsas con piezas humanas que fueron extraídas de los escombros del centro de compras”. Ayer, a pesar del peligro que supone la posibilidad de nuevos derrumbes en el shopping destruido por el incendio, funcionarios judiciales, tres oficiales del FBI llegados desde los Estados Unidos, médicos legistas de Argentina, Brasil y Colombia, entre otros países, trabajan tanto en la identificación de los cuerpos como en la difícil tarea de establecer las causas del desastre. El embajador argentino en Paraguay, Félix Córdova Moyano, informó ayer que se encuentran en Asunción “cuatro psicólogas argentinas, especialistas en emergencias psicosociales, encabezadas por Susana Canavaro, quienes llegaron para asistir a los damnificados”.
El diario ABC Color del Paraguay afirmó que especialistas en incendios comprobaron que el patio de comidas, uno de los lugares más afectados, estaba intacto, más allá de las huellas del fuego. Fue en ese lugar donde se vio la “enorme lengua de fuego” que provocó muchas muertes. Los expertos no descartaron, según el diario, “la posibilidad de un atentado criminal”, aunque no se dio ninguna precisión al respecto. Algunas versiones señalaron que habría 112 personas desaparecidas. “Estoy buscando a mi hermana, a mi cuñado y a mi sobrino”, dijo llorando una mujer que fue entrevistada por la emisora de Radio Primero de Marzo. Un hombre, desesperado, reclamó ante los micrófonos “aunque sea una partecita del cuerpo” de su madre.
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