SOCIEDAD › EL UNICO CASO FATAL POR MAL USO DE LA PIROTECNIA
Tragedia de Año Nuevo en Luján
Hace cinco años que Luján no tenía víctimas fatales por el uso de pirotecnia. Ayer se quebró el record: un chico de 12 años murió tras haber manipulado un elemento explosivo al mediodía de la primera jornada del año. Sus dos amigos, de 11 y 14 años, sufrieron quemaduras y lesiones leves. Claudio Ramírez se convirtió así en el primer y único muerto por mal uso de la pirotecnia en el país en las fiestas pasadas.
Claudio Ramírez y otros dos chicos jugaban en una vereda del barrio Constantini, en la localidad de Jáuregui, que pertenece a Luján, cuando encontraron un artículo de pirotecnia que no había sido detonado totalmente. A este elemento le sumaron restos de cohetes y petardos, abandonados después de los festejos de la noche del 31. Quisieron encenderlo y el artefacto voló, provocándoles graves heridas.
Claudio perdió su mano derecha y resultó también lesionado en la región abdominal y en el cuello. Fue trasladado a la Clínica Güemes, junto a sus compañeros, que recibieron esquirlas en la zona abdominal y están fuera de peligro. El niño murió a causa de un shock hipobulémico, por la cantidad de sangre que perdió, lo que le produjo un paro cardiorrespiratorio traumático. La causa está caratulada como “muerte por accidente y lesiones”.
El elemento que terminó con la vida de Claudio tiene un sistema llamado “de dos etapas”. En un principio había estallado, pero sólo había consumido el sistema de elevación. Cuando los chicos lo levantaron de la calle para encenderlo activó el segundo mecanismo, pero voló y se quebró en varias esquirlas.
El jefe de la Delegación de Investigaciones de Mercedes, Miguel Casafus, explicó que cuando se enciende este tipo de artefactos “en la primera explosión se elevan hasta unos 20 o 30 metros de altura y allí se produce la segunda detonación que libera los fuegos artificiales”. Esta segunda explosión no se había producido cuando el cohete fue usado por primera vez y el accidente ocurrió porque los niños “le fabricaron una mecha casera e intentaron hacerlo estallar en el piso”, opinó Casafus.