Anoche (es decir, para ellos, al acercarse el mediodía), los japoneses aguardaban el Tsunami, la doble ola gigante generada por los dos fuertes terremotos que ayer afectaron el archipiélago nipón. El segundo de ellos llegó a sentirse en Tokio. Ninguno de ellos provocó daños grandes, y las autoridades aseguraron que no resultó afectada la seguridad de las centrales nucleares. Sólo se registraron diez heridos.
El primer terremoto se registró a las 19 (hora de Japón; 6 de la mañana en la Argentina), alcanzó 6,9 grados en la escala de Richter y su epicentro se situó 450 kilómetros al oeste de Tokio. El segundo, cuatro horas después, llegó a los 7,3 grados y se sintió en Tokio. El epicentro de los sismos se localizó en el océano Pacífico, al sur de la isla de Honshu, donde se encuentra Tokio.
Las autoridades lanzaron por los medios de comunicación alertas de Tsunami, maremotos. Las olas gigantes se esperaban en la costa central y occidental de Honshu, donde centenares de habitantes fueron evacuados.
El primer sismo causó heridas a dos ancianos, una mujer de 89 y un hombre de 94, en la ciudad de Kioto. En el segundo, por lo menos siete personas resultaron heridas. Se interrumpió la circulación de los shinkansen, trenes de alta velocidad, pero la retomaron poco después de los sismos.
Pese a su intensidad, ninguno de los temblores provocó daños de importancia, según las primeras estimaciones. Las autoridades japonesas aseguraron que las centrales nucleares instaladas a lo largo de la costa del Pacífico no sufrieron daños.
En el archipiélago confluyen cuatro placas tectónicas, lo cual produce miles de sismos cada año, en la mayoría de los casos de baja intensidad. En enero de 1995, un sismo de 7,2 afectó al puerto de Kobé, en el oeste de Japón, donde causó más de 6000 muertos.