SOCIEDAD
› BUSCANDO A FERNANDA, LA POLICIA ENTRO A LOCALES DE DD.HH. EN RIO HONDO
Allanamientos con tufillo a apriete
Un listado de la policía tucumana señalaba 14 objetivos en Río Hondo donde podría hallarse Fernanda Aguirre. En dos de los allanamientos, el juez descubrió que las viviendas pertenecen a colaboradores de la Pastoral Social, que combate la prostitución infantil.
› Por Horacio Cecchi
Alrededor de las 20.30 del miércoles, tres grupos de uniformados de la seccional 40ª de Río Hondo avanzaron sobre sus objetivos: 14 viviendas distribuidas en los barrios Aguas Santas, Villanueva y Libertad, de las Termas de Río Hondo. Los allanamientos los encabezaba el juez de instrucción local Néstor Maccorito. Según la información que le habían proporcionado investigadores tucumanos, en una de esas 14 viviendas se encontraba Fernanda Aguirre. Es cierto que de los operativos resultaron dos detenidos, la regente de uno de los prostíbulos y el barman. Pero ninguna de las detenciones estaba vinculada a la desaparición de Fernanda sino a la prostitución de menores. Como era previsible, Fernanda no fue hallada. En cambio, en dos de los allanamientos, Maccorito se topó con la clásica marca en el orillo de la patota de inteligencia: en el listado de objetivos habían intercalado dos direcciones de integrantes de la Pastoral Social, vinculada a organismos de derechos humanos.
Los allanamientos se habían realizado entre el martes y la noche del miércoles. Ya el día martes, una de las viviendas visitadas por los uniformados fue la de uno de las integrantes de la Pastoral Social, a cargo del párroco Alfredo Velarde. El miércoles, alrededor de las 20.30, la tanda de operativos cerró sobre diferentes puntos en los barrios Libertad, Aguas Santas y Villanueva, de las Termas.
Algunos de los procedimientos estuvieron encabezados por el mismo juez del Crimen de Río Hondo, Néstor Maccorito. A partir del hallazgo del sticker con el presunto mensaje de Fernanda, que apareció en un camping próximo a Río Hondo, Maccorito se hizo cargo de la búsqueda de la chica, siguiendo las indicaciones de la Justicia federal de Entre Ríos. Según explicaron ayer fuentes cercanas al juzgado local, Maccorito no sólo recibe indicaciones de la Justicia litoraleña: en la búsqueda también colabora la Justicia tucumana. Precisamente, desde esa provincia, la fiscal general Adriana Yanoni envió a Maccorito un listado de 14 direcciones marcadas como potenciales lugares de encierro y prostitución de Fernanda. La lista, según fuentes tucumanas, había sido elaborada armoniosamente por informantes de la D-2 tucumana, cuyo jefe, el comisario mayor Jesús Brito, un día antes había desmentido una denuncia que aseguraba la existencia de 31 prostíbulos en Tucumán, en los que se prostituye a menores. “No llegan a diez”, desmintió tajante el D-2 al periodismo local en esa oportunidad.
Curiosamente, en el listado elaborado parecieron quedar grabadas las huellas de los D-2, cuando entre las 14 direcciones, dos pertenecían a integrantes de la Pastoral Social de Río Hondo. “Disculpen, esta dirección me la dieron, me deben haber pasado mal el dato –dicen que dijo, sorprendido, Maccorito, cuando comprobó donde se realizaría el procedimiento–. Debo cumplir con el pedido.” “Adelante, allane, cumpla con su obligación”, le respondieron los dueños de casa, no tan sorprendidos por la jugarreta.
Ayer por la mañana, pasado el mal trance del allanamiento, integrantes de la Pastoral Social mantuvieron una audiencia con el juez en su despacho. Allí, Maccorito dio las explicaciones y excusas del caso. Tras la audiencia, por lo bajo, flotaba la inconfundible sensación de que alguna mano interesada había participado en los dos erróneos operativos.
“Creemos que lo que buscan es abrir una brecha entre el juez y los organismos de derechos humanos”, señaló uno de los integrantes de la Pastoral a este diario. Al mismo tiempo, golpear con el ridículo las molestas movidas que lleva a cabo el juez desde que desembarcó en el juzgado de Río Hondo. Como informó este diario, Maccorito había desempolvado viejas causas que investigaban redes de prostitución de menores. En uno de esos operativos había descubierto a tres menores tucumanas, prostituidas en uno de los tres locales nocturnos de mala muerte que bordean la ruta 9, próximos a las Termas de Río Hondo, y que la sabiduría popular vincula al poder político local, emergente del juarismo y por ahora amansado y a la espera. Los letreros de neón de bajo voltaje proporcionan sus nombres a la vera de la ruta: Equus, Venus y Las Gatitas Mimosas. En este último fue donde Maccorito halló a las tres menores hace un tiempo y desató una investigación que no está vinculada con la búsqueda de Fernanda pero que, bajo ese título, está provocando dolores de cabeza a los negocios de la prostitución. Se podrá comprender así la devolución de gentilezas dibujada como error de dirección. Como era previsible, en los 14 allanamientos del miércoles pasado el juez no encontró ni sombras de Fernanda, pero se llevó detenida a la regenta de Las Gatitas y al barman. Precisamente el barman, involuntariamente, desató una confusión de nombres que parecía la voz del inconsciente colectivo: se mencionó que además de la regente de Las Gatitas se había detenido a un hombre apodado el Gringo.
Cierto escozor debe haber pasado por la intendencia local: Luis Ceres, el mentado intendente, tiene dos hermanos, el Mudo y el Gringo Ceres. Fue hacia el final del día que fuentes judiciales aclararon la confusión: no había ningún Gringo detenido, y mucho menos un Ceres. Sólo un barman y una gatita regente.
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