SOCIEDAD
› UNA AVIONETA SE ESTRELLO POR ACCIDENTE CONTRA EL EDIFICIO MAS FAMOSO DE MILAN
La repetición de una pesadilla
El mundo entero pensó en las Torres Gemelas cuando la avioneta chocó contra el edificio de Pirelli, pero las autoridades italianas aseguraron que se trató de un accidente. Aún así, el pánico se expandió por Italia. Hubo 3 muertos y unos 60 heridos. El piloto había pedido auxilio, tras sufrir un desperfecto en el tren de aterrizaje.
Por Rory Carroll *
Desde Roma
Un pequeño avión se estrelló ayer contra un rascacielos de Milán y convirtió al símbolo del poder económico italiano en un desecho humeante, provocando un pánico generalizado que crecía a medida que los equipos de emergencia buscaban a muertos y heridos. Como si fuera un misil, el avión de cuatro plazas –en que sólo viajaba el piloto– hizo agujeros en dos lados del edificio Pirelli, de 30 pisos, y provocó el colapso de varias paredes y una lluvia de restos sobre el corazón del distrito financiero. La policía y las autoridades italianas dijeron que no se trataba de un atentado terrorista, pero las escenas de los sobrevivientes ensangrentados que salían desesperados a la calle revivió el Nueva York del 11 de setiembre. Hubo tres muertos y unos 60 heridos.
El piloto envió un pedido de auxilio a las 17.50, cuatro minutos antes de golpear los pisos 24 y 25, ocupados por oficinas de gobierno, e hizo temblar al edificio, según los testigos en el lugar. Los muertos incluyen al piloto y a dos empleados de las oficinas.
El presidente de Estados Unidos, George Bush, fue informado de inmediato, la Bolsa de Italia suspendió las operaciones y los canales de televisión lanzaron una transmisión continua y en vivo sobre lo que parecía ser el ataque a uno de los centros financieros de Europa. La idea de se trataba de un golpe del terrorismo se había afianzado con las declaraciones del presidente del Senado, Marcello Pera, quien dijo inicialmente que los indicios apuntaban en dirección a un atentado. Por la noche, salió a rectificar esa información.
Milán, donde se sospecha que hay varias células de Al-Qaida, había sido incluida por Estados Unidos entre los posibles blancos del terrorismo en una advertencia lanzada en Pascuas. Sin embargo, la tensión aflojó en la noche, cuando las autoridades dijeron de que ya casi no había dudas de que se trataba de un accidente. “La información inicial que maneja el Ministerio del Interior nos conduce hacia un accidente como la causa”, dijo Claudio Scajola, el titular de esa cartera.
En el edificio, la gente quedó atrapada en los ascensores y algunos trabajadores corrieron por las escaleras con pánico de que la estructura colpsara como las torres del World Trade Centre. Otros lograron mantener la calma suficiente como para turnarse para bajar a un compañero de trabajo discapacitado. “Estábamos en nuestra oficina en el piso 24 y sentimos un tremendo ruido. El edificio se sacudió y todas las ventanas volaron hacia nosotros. Fue terrorífico”, dijo Claudio Chetta.
El piloto se llamaba Luigi Gino Fasulo, un hombre de 68 años que tenía doble ciudadanía italiana y suiza. Piloto veterano, era miembro de un aeroclub en la ciudad suiza de Locarno y estaba familiarizado con la ruta. Además, tenía registradas 5000 horas de vuelo. Uno de sus dos hijos sería piloto de una aerolínea comercial.
Fasulo despegó del aeropuerto de Locarno en una nave Rockwell Commander, pero tras cruzar los Alpes y aproximarse a Milán, informó a su aeropuerto de destino, Linate –cercano al centro– que tenía problemas con el tren de aterrizaje y emitió un llamado de auxilio. Los pilotos familiarizados con ese modelo de avión dijeron que arreglar ese problema requería hacer fuerza con ciertos controles, y especularon que el esfuerzo podría haberle provocado un ataque cardíaco o descompensación, en el momento en que el avión empezó a desviarse del aeropuerto en dirección a la ciudad.
Varios testigos afirmaron que el avión estaba incendiándose cuando golpeó contra la torre. “Parecía una bomba. El pavimento tembló como en un terremoto”, contó una mujer.
“El avión estaba en llamas antes de chocar contra el edifico y no intentó desviar su curso, sino que siguió derecho”, dijo Fabio Sunik, un periodista deportivo que presenció el choque desde la estación de trenes de Milán. El conglomerado Pirelli ya no ocupa el rascacielos, pero su perfil que se impone en la capital de la moda europea, fue un símbolo del boom de la Italia de posguerra. Los pisos superiores albergaban oficinas del gobierno regional de Lombardía, aunque muchas estaban vacías por una renovación, lo cual evitó que fueran más las víctimas.
* De The Guardian, especial para Página/12.
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