SOCIEDAD
› DENUNCIA DE LA RED DE PERSONAS VIVIENDO CON VIH
Falencias en hospitales bonaerenses
Una ONG alertó sobre la falta de médicos y la mala distribución de medicamentos. La transmisión madre-hijo crece entre los pobres.
› Por Pedro Lipcovich
“En hospitales de la provincia de Buenos Aires, faltan profesionales especializados en sida y centenares de pacientes quedan sin atención”; “Los medicamentos se distribuyen mal y muchas veces no llegan”; “Faltan reactivos para los tests del sida, y muchos servicios se niegan a hacerles el análisis a adolescentes”; “El Programa Provincial contra el Sida carece de presupuesto”; “En las cárceles, los presos son privados de la medicación, y a los moribundos se les niega la piedad de fallecer en sus casas”, éstas son algunas de las denuncias que, en el Día Internacional de Lucha contra el Sida, formuló la Red Bonaerense de Personas Viviendo con VIH. Además, el presidente de la Sociedad Internacional de Sida refirió las altas tasas de trasmisión madre-hijo del VIH con la persistencia de “dos Argentinas: en la segunda, la de los excluidos, las mujeres no tienen acceso a los controles prenatales”.
La Red Bonaerense señala la “falta de infectólogos en numerosos hospitales provinciales y municipales”. Fabián Salguero, representante de la Red, puso como ejemplo “el hospital Héroes de Malvinas, de Merlo, donde de un día para otro cerró un servicio que atendía unos cien pacientes; en otros lugares hay infectólogos pero sin especialización en VIH”.
En cuanto a la mala llegada de los medicamentos, “desde el Ministerio de Salud de la Nación los remedios van a las sedes de las 15 regiones sanitarias provinciales: retirarlas de allí queda a cargo de cada centro de salud y suele haber inconvenientes: que el móvil del hospital se descompuso, o que un funcionario se olvidó, y eso basta para que se interrumpan tratamientos cuya efectividad se basa en la continuidad”, explicó Salguero.
Con respecto a los reactivos para el test de VIH, el dirigente de la Red relató que “faltan en varios hospitales; una parte viene del programa nacional y otra del programa provincial de sida: esta última suele faltar. Además, en algunos servicios se niegan a hacerles el test a menores de edad, exigiéndoles que vayan acompañados por los padres, desconociendo que muchas veces un chico, o una chica no se atreve a decirles a sus padres que tuvo relaciones sexuales y tiene miedo de haberse infectado”.
Y, como tema de fondo, “el ministerio bonaerense no tiene presupuesto asignado para VIH/sida: nuestras reuniones con la dirección del programa provincial siempre terminan en que por esa causa tienen las manos atadas”, afirmó Salguero.
La peor situación es, claro, la de las cárceles. “Hace un tiempo Página/12 hizo conocer nuestra denuncia sobre el caso de un detenido de apellido Alsina, a quien en el penal de Batán lo castigaban quitándoles los medicamentos contra el VIH. Eso sigue pasando en distintas cárceles: cuando llevan a los presos a los ‘buzones de castigo’, les cortan los tratamientos. Lo hemos denunciado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Los detenidos en comisarías no reciben atención médica: de vez en cuando los llevan a algún hospital, esposados, en condiciones denigrantes –denunció Salguero–. Otro tema terrible es el de los enfermos terminales: los jueces y los médicos penitenciarios se niegan a permitirles una muerte digna bajo arresto domiciliario; no podrían escapar, se están muriendo, pero terminan solos en la cárcel.”
También ayer, el infectólogo Pedro Cahn, presidente de la Sociedad Internacional de Sida, denunció que “respecto de la trasmisión vertical del VIH hay dos Argentinas: en hospitales de los centros urbanos la situación es muy buena, por ejemplo, en el Fernández, hace más de tres años que ningún chico nace con VIH. Pero sigue habiendo muchos chicos con sida porque hay hospitales adonde una de cada dos madres llega al parto sin ningún control del embarazo: esto pasa en los sectores empobrecidos del conurbano, y así se trasmiten no sólo el VIH sino el Chagas y la hepatitis”.
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