El fiscal del juicio por la masacre de Ramallo, en el que ocho policías están imputados por homicidio, tentativa de homicidio e incumplimiento de los deberes de funcionario público, pidió para los acusados penas de entre 10 y 18 años de prisión. Por su parte, los abogados de la familia de Carlos Chaves, gerente del Banco Nación de Ramallo, y del contador Carlos Santillán, los dos rehenes muertos bajo la balacera policial, solicitaron al tribunal entre 14 y 20 años de cárcel para los uniformados.
La masacre ocurrió en la madrugada del 17 de septiembre de 1999, cuando los bonaerenses tiraron más de 120 balas contra el Volkswagen Polo de Chaves, en el que iba de rehén junto a su esposa, Flora Lacave, y Santillán. Los tres fueron utilizados como escudos humanos por los tres asaltantes que habían pasado 20 horas dentro del banco al que habían ingresado el día anterior. Las pericias demostraron que 48 balas impactaron en el auto y sólo una en la llanta, sitio al que los uniformados tenían la orden de disparar.
Tras 36 segundos de balacera murieron Chaves, Santillán y Javier Hernández, uno de los delincuentes. Otro de ellos, Carlos Martínez, y la esposa del gerente resultaron heridos. El único ileso, el asaltante Martín Saldaña, apareció más tarde ahorcado en una comisaría. Ayer, en las puertas de los Tribunales de Rosario, la viuda de Chaves dio su parecer sobre el proceso: “Yo creo que habrá condena. Las pericias balísticas dieron resultado”.
El fiscal Eric Warr pidió 18 años de prisión para el ex suboficial principal Oscar Parodi y para el suboficial Ramón Leiva por homicidio simple, de Chaves y de Santillán, respectivamente. Por tentativa de homicidio solicitó 16 años para Carlos Aravena, 14 para Ramón Sánchez, 12 para Martín San Miguel y Sergio Susperregui y 10 para Sergio Garea. Para el comisario inspector Oscar Isaías, quien habría ordenado disparar a las ruedas, pidió dos años de prisión en suspenso por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Las defensas de los policías realizarán su alegato hoy.