SOCIEDAD
› PROPUESTAS PARA REABRIR LA CONFITERIA
La vuelta del Molino
El gobierno porteño otorgó un subsidio para que empiecen las obras de restauración. Además de recuperar la confitería, los empresarios quieren convertir el edificio en un hotel de categoría.
› Por Eduardo Videla
Después de haber sido visitado durante nueve días por casi cien mil personas, el edificio de la Confitería del Molino parece haber cobrado la energía suficiente como para despegar de casi ocho años de abandono. Los dueños del lugar recibirán en los próximos días un subsidio oficial para iniciar los trabajos de recuperación del inmueble, deteriorado por la falta de mantenimiento. Será apenas un grano de arena en el presupuesto necesario para convertir la tradicional construcción de Callao y Rivadavia –hoy ocupado por algunas oficinas– en un hotel de categoría, tal como pretenden del dueños del lugar. El viernes 26 de noviembre, durante la inauguración de la muestra artística Estudio Abierto, el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, les ofreció a los propietarios asistencia económica oficial para la reapertura de la confitería, según reveló a Página/12 un testigo de ese encuentro. “Los empresarios dijeron que se iban a sentar a conversar sobre la propuesta”, relató la fuente.
La Confitería del Molino fue una de las sedes del ciclo Estudio Abierto, que finalizó el domingo último. Los dueños del local habían presentado, además, un proyecto ante el programa Fondo de Cultura BA, por el cual el gobierno porteño distribuye 4,5 millones de pesos anuales como subsidios a artistas, industrias culturales, microemprendimientos y para la recuperación de edificios, considerados como patrimonio histórico. En este último rubro, los empresarios solicitaron un subsidio de 350 mil pesos, para la recuperación de la fachada. Pero sólo fue aprobado un aporte de 80 mil pesos, porque ése es el máximo autorizado dentro de ese programa oficial. El subsidio es no reintegrable, pero los beneficiarios deben rendir cuentas de las obras realizadas con esos fondos.
Según la Dirección de Casco Histórico de la ciudad –encargada de evaluar la propuesta y del seguimiento de los trabajos– el dinero se aplicará al “arreglo de la fachada, la restauración del cuerpo central y las mansardas” del edificio.
“Estudio Abierto fue un impulso para comenzar a recuperar el lugar y el subsidio es otro aporte para iniciar las obras de preservación. Nuestro objetivo es que la confitería vuelva a abrir”, explicó el secretario de Cultura, Gustavo López.
El proyecto original de los empresarios –herederos de la familia Rocatagliatta– era la restauración total del edificio, incluidos los pisos superiores, donde hoy funcionan algunas oficinas, con la idea de que funcione allí un hotel de categoría. “Están en busca de un inversor importante, ya que calculan que son necesarios entre 3 y 4 millones de pesos”, dijo una fuente del gobierno porteño. Pero después de la oferta del jefe de Gobierno, los empresarios evalúan la conveniencia de recuperar, en una primera etapa, la histórica confitería.
“Se les ofreció a los empresarios el asesoramiento técnico gratuito por parte de los equipos de la ciudad. Ellos, a cambio, manifestaron su intención de invertir dinero para frenar el nivel de deterioro del edificio”, explicó la arquitecta Silvia Fajre, subsecretaria de Patrimonio Cultural de la ciudad. “El Molino tiene un capital simbólico muy grande, que puede convertirse en capital económico”, agregó.
El edificio de la Confitería del Molino fue inaugurado en 1916. Ochenta y un años más tarde, el 23 de febrero de 1997, cerró sus puertas como consecuencia de dificultades económicas de la empresa que la explotaba por concesión. Un juicio mantuvo el lugar en estado de abandono hasta hace unos días, en que la muestra Estudio Abierto le dio la oportunidad de abrir la empalizada metálica que lo mantiene cerrado desde hace casi ocho años. Y durante poco más de una semana, el público hizo colas de hasta media cuadra para ingresar a la muestra artística que se exhibía en el salón principal.