Los carriles especiales que hace una década se crearon en el ámbito de la Capital Federal para uso único de colectivos y taxis perdieron su exclusividad. Según un informe del Ente Regulador de la Ciudad de Buenos Aires, la mitad de los vehículos que los utilizan son autos particulares y transportes de carga liviana y pesada a cualquier hora del día. Están en infracción, pero ante la falta de controles lo siguen haciendo. Según la evaluación del estudio, estas violaciones conspiran contra el normal funcionamiento del sistema creado para descomprimir la congestión vehicular.
Durante los 51 días hábiles y 335 horas que duró el estudio, los profesionales del Ente Regulador pudieron precisar que 201.065 coches –sin incluir a los colectivos– pasaron por esas arterias en infracción. El 35,83 por ciento eran taxis sin pasajeros, con su característica y lenta velocidad de circulación; el 5,43 por ciento se trató de autos particulares; el 4,52 por ciento motocicletas; el 3,33 por ciento bicicletas, y el 0,07 por ciento, vehículos de servicios y seguridad sin las señales de emergencia que están obligados a usar.
El informe fue elevado por la Legislatura porteña, en su función de consejo, al Poder Ejecutivo, que es el encargado de diseñar las políticas. “No quiero invadir una jurisdicción que no me compete, pero creo que lo que se podría hacer es convocar a todos los actores vinculados en la temática de la movilidad en la ciudad”, señaló el titular del ente, Carlos Campolongo.
El relevamiento del organismo controlador se hizo a lo largo de las 46 cuadras donde rige el sistema del carril exclusivo; en las avenidas Córdoba entre Reconquista y Pueyrredón, Entre Ríos entre Belgrano y Rivadavia, Pueyrredón entre Santa Fe y Bartolomé Mitre, y Callao entre Rivadavia y Santa Fe. Todos están ubicados en la zona de mayor congestión en el centro de la ciudad.