Lun 10.01.2005

SOCIEDAD

42 pasajeros asaltados por cuatro de los suyos, camino a Villa Gesell

Un micro que se dirigía a Villa Gesell fue asaltado por cuatro hombres, que viajaban como pasajeros. El asalto tuvo lugar en la ruta 2, cerca de Chascomús. Tras robar relojes y billeteras, bajaron llevando a uno de los choferes como rehén.

“Me desperté y estaban todos con armas. Me puse re- nerviosa”, contó una adolescente todavía pasmada por lo vivido. De manera similar emergieron de sus sueños a las tres de la madrugada de ayer los 42 pasajeros que viajaban en el micro con destino a la costa atlántica. Habían salido a la 1.30 de Retiro con cuatro ladrones que simulaban ser turistas como ellos. Los hombres les sacaron todos los objetos de valor que tenían encima, no les tocaron los bolsos y se bajaron llevándose a uno de los choferes como rehén, que abandonaron horas después en Avellaneda. A pesar de que actuaron a cara descubierta, la policía aún no los tiene identificados. Varios de los pasajeros tuvieron que volver a Buenos Aires sin haberse dado el gusto de pisar la arena.
En menos de una hora completaron la tarea. Se levantaron de sus asientos en la parte de atrás del segundo piso, interno 175 de la empresa Almirante Brown, que lucía un cartel con el nombre de Villa Gesell, un sitio que algunos pasajeros sólo pudieron ver en letras porque quedaron sin efectivo antes de lo imaginado. Mientras tres de los delincuentes tomaban posición en el pasillo, el cuarto pidió al conductor con el arma en la mano que encendiera las luces del interior y continuara manejando.
“Venían con nosotros sin que nos diéramos cuenta”, dijo uno de los pasajeros afectado por la deserción de lo que había considerado inofensivos veraneantes. “Nos dijeron que se trataba de un asalto, que nos quedáramos tranquilos, y nos ordenaron que tiráramos todo lo que teníamos encima al pasillo. Ahí fueron billeteras, celulares, ropa, todo”, relató el viajero. Después de haber guardado en un bolso todo lo que les servía, bajaron al primer piso para repetir la maniobra.
“Algunos de los ladrones estaban nerviosos y otros estaban tranquilos”, describió otro pasajero. Uno de los 42 padeció estas variaciones de ánimo: “Cuando le iba a dar la billetera a uno de los ladrones que pasaba con una bolsa le dije ‘tomá loco, te dejo billetera, reloj y todo lo que quieras. Pero ¿me dejás sacar el documento?’. ‘Sí, todo bien’, me respondió, y como otro vio que tardaba mucho, vino y me pegó un culatazo en la frente”.
“Nos amenazaban con que iban a prender fuego al micro con nosotros adentro”, contaron los pasajeros. Y juzgaron que “actuaron con total profesionalismo”. Luego de ver su modo de operar, aseguraron que “parecían integrantes de alguna fuerza de seguridad bien adiestrados”. Para realizar su cometido, los hombres esperaron a pasar el puesto de peaje de Samborombón, en la ruta 2, a la altura del kilómetro 124.
A dos pasajeras las obligaron a darles una mano. “Me hicieron levantar los celulares. Después, me hicieron atar con precintos las manos de todos los pasajeros. Cuando terminé, me ataron a mí, pidieron al chofer que disminuyera la velocidad y bajaron”, relató una de las mujeres.
“Antes de bajar les dijeron a los pasajeros que se llevaban a uno de los cuatro choferes como rehén y que si alertaban a la policía sobre lo ocurrido en menos de dos horas, lo mataban”, contó a Página/12 el comisario de la seccional 1ª de Chascomús, Jorge Lespade.
Los delincuentes se subieron a una camioneta Renault Trafic blanca que seguía toda la escena de cerca. Los investigadores del caso no descuentan que además hubiera otro auto de apoyo. El chofer rehén, que liberaron en Avellaneda, contó a la policía que pasó todo el trayecto tirado con la cabeza apoyada en el piso, tal como le habían instruido los ladrones.
A todo esto, el micro había quedado detenido al costado de la ruta, con las balizas encendidas y las cortinas cerradas, como mandaron los asaltantes. La policía se enteró de lo que había sucedido cerca de las cinco de la mañana, cuando otro micro de la misma empresa paró pensando que el ómnibus de los pasajeros robados estaba roto. Al enterarse, la bonaerense organizó un gran operativo cerrojo en toda la zona sur del conurbano para localizar la camioneta de los delincuentes, y “el resultado fue negativo”, comentó Lespade.
“Muchos se volvieron para Buenos Aires”, informó uno de los pasajeros, que siguió en el micro asaltado y dijo que muchos “fueron muy afectados en lo económico. A otros nos tocó en menor medida, vemos cómo hacemos les pedimos plata a nuestras familias y seguimos rumbo”.

Informe: Sebastián Ochoa.

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