SOCIEDAD
› DESPUES DE DIEZ DIAS ENCONTRARON AL CHICO PERDIDO EN BARILOCHE
Aparición en el Valle de los Perdidos
Se protegió construyendo una choza con ramas y hojas, y bebió agua de un arroyo. Reina, la perrita, lo ayudó a sobrevivir.
Se armó una choza al lado de un arroyo y esperó, apelando a sus conocimientos de tai chi para domar los nervios. Nahuel González Canosa, que estuvo perdido diez días en los cerros próximos a Bariloche, fue encontrado ayer en el Valle de los Perdidos. El chico de 17 años había visto los helicópteros sobrevolando la zona y llegó a hacerles señas con una campera. No sabía que en uno de ellos iban sus padres, quienes tampoco pudieron verlo entre la densa vegetación del cerro Challhuaco, dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi. Tan debilitada como él aún lo acompañaba Reina, la perra cocker de su abuela, celebrada hasta por el médico que atendió a Nahuel porque con su cuerpo contribuyó “a impedir una hipotermia”.
Sus familiares estaban desesperados. El 3 de enero, Nahuel se había separado de su abuela Inés mientras paseaban por el cerro Challhuaco. Ella volvió al refugio en el que estaban y él siguió caminando “porque tenía ganas de ir a tocar nieve”, una curiosidad natural para alguien que vive en La Plata. No fue solo: Reina se había sumado a la expedición, moviendo la cola. Como no volvían, la abuela, alarmada, llamó a Parques Nacionales.
Allí comenzó un operativo de búsqueda que, con el correr de los días, se iría incrementando en recursos humanos y técnicos. Entre el Ejército, Gendarmería, Parques Nacionales, buzos de Prefectura y baqueanos que colaboraron llegaron a sumar trescientas personas, además de dos helicópteros aportados por la provincia de Buenos Aires y un tercero del Plan Nacional de Manejo del Fuego, indicó a Página/12 Carlos Hidalgo, vocero de prensa de la policía local. “Es la primera vez en la historia que se hace un rastrillaje de estas dimensiones. El Valle de los Perdidos fue el primero y último lugar donde buscamos”, precisó Hidalgo, miembro de la patrulla que halló a Nahuel sentado cerca del arroyo Botella junto a Reina. El chico estaba “consciente y cansado, muy debilitado porque no había comido nada en todos esos días”, relató el vocero. Nahuel estaba a unos cinco kilómetros del lugar donde se había separado de su abuela.
Los brigadistas escucharon el testimonio del chico, que les comentó: “Yo sabía que me había perdido y no iba a encontrar por dónde irme”. Su lógica lo llevó a construir una choza con ramas y hojas para no apartarse aún más. Programó su reloj para dejar pasar un lapso entre cada trago de agua que bebía del arroyo cercano, y de esa manera “logró conservar las energías. El pensó que esa era la única manera de sobrevivir, y razonó muy bien”, explicó Hidalgo. Y agregó un dato: “La perra está perfecta”.
Los padres de Nahuel se aprestaban a dar una conferencia de prensa para anunciar que no se interrumpiría la búsqueda, según indicaban algunas versiones. Pero antes de empezar la conferencia recibieron la noticia de que una de las patrullas había encontrado a un adolescente. Los llevaron al cerro Challhuaco, en un viaje que se extendió por un siglo. Al llegar, les confirmaron que era su hijo, aunque no pudieron verlo. Según el guardaparques Flavio Ferioli, el trabajo de rescate “no fue fácil”, por las complicaciones que implica aterrizar un helicóptero en la montaña. Nahuel fue hidratado en el lugar, pero debieron trasladarlo a un área más despejada para subirlo al helicóptero que lo llevó al varadero de Bariloche, donde se encontró con su familia.
Luis Martínez, el médico que atendió a Nahuel, dijo que lo recibió “lúcido, levemente deshidratado, con mareos y dolor de piernas por las condiciones en las que durmió, pero con parámetros vitales normales”. Y afirmó que su estado “es bueno, con las consecuencias normales después de no haber comido más de diez días. Pero ya está ingiriendo alimentos. Si su evolución sigue favorable es posible que en 24 horas se le dé el alta, porque él es fuerte y joven”, apostó.
“También influyó la perrita que lo acompañó y lo protegió del frío, porque con las bajas temperaturas de aquí podría haber tenido una hipotermia”, aseguró el médico.
Por su parte, el intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi, Sergio Rusak, opinó que “la supervivencia en lugares así pasa primero por el grado de alimentación, segundo por una sensación ambiente, casi siempre de hipotermia. Pero lo que a uno lo mantiene con esperanzas es un aspecto psicológico”. En este sentido, opinó que la presencia de Reina fue importante para el estado anímico de Nahuel. Y aparentemente la simpatía fue mutua: ayer, el animalito no se despegaba de la camilla donde estaba subido el adolescente.
Informe: Daniel Bordón.
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