SOCIEDAD
› DE LA SOTA DEFENDIO EL MANEJO DE LA REVUELTA
Renuncia después del motín
Pese a la falta de registros, el gobernador cordobés dijo que nadie escapó. Presentó la renuncia la jefa del Servicio Penitenciario.
Dos días después de una de las revueltas penales más duras, el gobernador cordobés José Manuel de la Sota abandonó el silencio. Ayer reconoció por primera vez que fue “triste lo que nos pasó”, pero en la misma entrevista esgrimió su costado más duro sobre la situación de la población penitenciaria: “No podemos ser poliladron sino estar con la ley y el orden”. Y agregó que los presos que están condenados a cadena perpetua deben salir de la cárcel “con los pies para adelante, cuando Dios se los lleve de este mundo”. De la Sota aseguró que “no faltan presos” y mantuvo en ocho la cantidad de muertes. Hoy será evaluada la renuncia que presentó ayer la directora del Servicio Penitenciario, Lucientes de Funes. En tanto, la Justicia investiga si un rehén murió por disparos de las fuerzas de seguridad y la presunta conexión de un preso muerto con una banda de policías tucumanos conocidos como los “sacapresos”.
“Es triste lo que pasó”, dijo De la Sota en la primera entrevista que concedió después del motín que dejó un saldo oficial de ocho muertes. Consultado por la emisora cordobesa LV3, el gobernador definió que aun así “en la lucha contra el crimen no puede haber neutrales. Aquí no se puede ser ‘poliladron’ sino estar con la ley y el orden”.
El espacio radial le permitió defenderse de las durísimas críticas que recibió, entre otros, de parte del intendente de la ciudad capital, Luis Juez, que consideró la actuación de las autoridades provinciales como “improvisadas” y de “subestimación” del problema. “No hay nadie con dos gramos de cerebro en Córdoba –había dicho Juez– que no supiera que la unidad estaba colapsada desde hace tiempo y que esto iba a suceder en cualquier momento.”
En su descargo, De la Sota aseguró que la policía cordobesa “actuó con una prudencia extrema” y definió como “magnífica” la actuación de los fiscales: “Manejaron la situación magníficamente –dijo–, porque dada la magnitud de los hechos, el saldo de víctimas podía haber sido mucho mayor”.
Del mismo modo respondió a cada uno de los puntos que aún permanecen como incógnita. Reconoció que él dio la orden para impedir la fuga “de cualquier manera”, aunque aclaró que eso incluía “preservar, por supuesto, la vida de los inocentes”. En esa línea, negó la existencia de prófugos entre la población del penal: “No falta ningún preso”, dijo y agregó: en la cárcel “están todos los que tienen que estar”.
Durante las tensas horas del motín, los detenidos presentaron una serie de reclamos, entre otros, una conmutación de penas. Un reclamo que “en ningún momento” fue evaluado por la gobernación, dijo De la Sota. “Yo respeto las decisiones de los jueces y la Justicia. No soy quién para perdonar a un delincuente. Para eso están los jueces”, dijo el mandatario, que a renglón seguido los dejó a la buena de Dios. “Y si a alguien le han dado cadena perpetua tiene que salir de la cárcel con los pies para adelante, es decir cuando Dios se lo lleve de este mundo, pero no por un pedido del gobernador.”
Mientras el gobernador evaluaba durante el día el pedido de renuncia que presentó ayer la jefa del SP, el secretario de Seguridad de la provincia, Oraldo Senn, se hizo cargo de restablecer el control dentro de la penitenciaría, donde hasta el sábado continuaron los enfrentamientos entre internos. Hoy se entrevistará con la funcionaria.
En tanto, el fiscal Javier Praddaude investiga la muerte de los dos guardiacárceles y del policía durante el motín.