Un argentino oriundo de la provincia de Buenos Aires fue detenido en el aeropuerto internacional de Barajas, Madrid, cuando pretendía ingresar a España llevando un extraño souvenir: dos envases de vino con un doble fondo que escondía 10 kilos de cocaína. El hombre tiene 37 y su nombre es David Jorge R. (por cuestiones judiciales no trascendió el apellido). Según sugirió un vocero de la Guardia Civil española, los vuelos provenientes de la Argentina estarían entre los más controlados de esa estación aeronáutica madrileña, la misma en la que aterrizaron las valijas voladoras que viajaron en Southern Winds.
La confirmación del hecho estuvo a cargo de Francisco Angulo, portavoz de la Guardia Civil española. En diálogo con una radio porteña, el funcionario fue consultado respecto de la existencia de controles más enfáticos a determinados vuelos, tras lo cual especificó que “hay una serie de vuelos, que se llaman ‘vuelos calientes’, en los cuales se hace un especial hincapié porque se puede estar en presencia de drogas. Pero —añadió– no voy a comentar los vuelos ni de los países que proceden”.
El arresto se produjo el 8 de marzo pasado, minutos después de que fuera controlado su equipaje. Según José Manuel Gallego, otro vocero de la Guardia Civil, el ciudadano argentino tenía “dos garrafas de considerable tamaño” (se denominó así a los criollos envases de vino) que despertaron las sospechas al personal de control aeronáutico. Inmediatamente sometidos al control, los recipientes descubrieron su contenido oculto: 10 kilos de cocaína.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, dijo estar al tanto del caso de los envases con forma de garrafa y cocaína adentro. También aludió al caso que se conoció hace dos días sobre un comisario de a bordo de Aerolíneas Argentinas, de 45 años de edad y 15 de antigüedad en la compañía, que había intentado volver desde España con unas 1500 pastillas de la droga éxtasis escondidas entre su ropa. Fernández dijo que “en ninguno de los casos pudimos corroborar” los detalles que trascendieron en la Argentina porque, aclaró, el Gobierno no tiene “ningún dato oficial” sobre ninguno de los dos hechos.
Ante la posibilidad de que el último caso tuviera relación con el anterior o que exista la recurrencia de casos de intento de pasar drogas por ese aeropuerto, el portavoz Gallego comentó que “no hay ni más afluencia ni menos afluencia, sino que Barajas es un gran aeropuerto y, como cualquiera del mundo, tiene incidencias en estos casos”.