SOCIEDAD
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Honrar la vida
Por Comisión Directiva de la UTE *
La UTE –entidad de base de Ctera en la Ciudad de Buenos Aires– expresa su profunda consternación ante la tragedia de Cromañón, su solidaridad con los familiares y amigos de las víctimas y hace suya la exigencia de justicia.
Como docentes que cotidianamente estamos consustanciados con la realidad que viven nuestros pibes, sentimos una profunda angustia ante esos bancos vacíos y necesitamos todos juntos, docentes, alumnos y familias, reflexionar sobre el lugar que la sociedad les da a nuestros jóvenes.
Ellos, nuestros hijos, nuestros alumnos, tienen el derecho de divertirse, de expresar su cultura, de hacer escuchar su voz con seguridad. Para nosotros, seguridad no debe ser sinónimo de represión sino de garantías que, como sociedad, debemos brindar a nuestros jóvenes para que puedan concretar sus sueños y sus proyectos de vida en plenitud y en el marco de una comunidad que se realiza.
Debemos superar una actitud frecuente en los argentinos que es preocuparse de ciertas cuestiones cuando ya es tarde. En esa tarea, el rol de la escuela como institución formadora de ciudadanos críticos es fundamental. Dicho rol consiste en generar de manera responsable la conciencia social de que los poderes públicos deben proteger a los ciudadanos. En esa tarea, lamentablemente, vamos a encontrar obstáculos planteados por determinados sectores, que desde el cálculo político o el impacto mediático se montan sobre la tragedia para satisfacer sus intereses. Esos mismos sectores que en la década del ’90 contribuyeron a destruir las funciones sociales del Estado y a sembrar la miseria planificada, privilegiando el lucro o la ganancia de unos pocos en detrimento del futuro y el bienestar de todos.
Los jóvenes han sido el blanco fácil de ese modelo injusto: Bulacio, Kosteki, Santillán, las víctimas del gatillo fácil y los miles que aún hoy no consiguen trabajo, no pueden estudiar, que se ven condenados a sobrevivir en la pobreza, en una auténtica expulsión económica, social y cultural.
Los jóvenes tienen que recuperar la alegría de vivir. De vivir con dignidad. Es una lección para todos aquellos que los critican sistemáticamente, que el 36 por ciento de las víctimas fueron por rescatar a personas atrapadas en Cromañón: demostraron, entregando su vida, la inmensa solidaridad que tienen.
Por ellos debemos hacer el esfuerzo de construir, desde el protagonismo de la Comunidad Educativa y en el día a día, una pedagogía comprometida con las necesidades sociales.
Hoy es el tiempo de exigir justicia, de contenernos, de ayudarnos a crecer, de hacer nuestra la frase que los padres de los chicos de Cromañón plantean en sus consignas: “Que no se repita”.
* Unión de Trabajadores de la Educación, para leer al comienzo del ciclo lectivo.