Lun 04.04.2005

SOCIEDAD  › INHUMARON LOS RESTOS DE LA CHIQUITA BALEADA

Narcos, ebrios y policías

Mientras unas 200 personas acompañaron ayer los restos de Camila, la chiquita asesinada por tres federales en la Villa 20 de Villa Lugano, fuentes judiciales revelaron que en la causa se investiga si los tres policías detenidos se encontraban borrachos al momento de efectuar los disparos. Según el abogado de la familia, José Vera, existen testimonios en la causa, que señalan que los policías dispararon contra un grupo de chicos, que no quería consumir la droga que ellos les ofrecían, y que Camila quedó en el medio de los disparos.
“Hay tres testigos, cuyas identidades vamos a preservar, que aseguran haber visto cómo los policías dispararon sus armas y mataron a Camila, cuando en realidad, pretendían balear a un grupo de chicos que se habían negado a comprarles drogas para que éstos consumieran”, aseguró Vera, abogado de la familia de Camila Araujo y que también representó a la familia Demonty cuando asesinaron a Ezequiel.
Según la denuncia, en una vivienda lindera a la de la pareja de Camila había un grupo de policías vestidos de civil que estaban de custodia en una casilla y discutían con unos jóvenes. De acuerdo con la denuncia de la mamá de Camila, en un momento de la discusión que su hija y el novio presenciaban de cerca, los muchachos salieron corriendo y los policías atrás. “Al ver que los pibes corrían, el novio de mi hija comenzó a correr para el lado de su casa, pero ella no corrió”, dijo la mujer y agregó: “Después los policías dispararon y mi hija recibió varios tiros por la espalda y cuando estaba tirada en el suelo uno se acercó y le pateó la cabeza”, señaló la mamá de Camila. Por el caso, dos cabos y un agente de la comisaría 52ª están detenidos a disposición del Juzgado Criminal de Instrucción 36. Además, trascendió que del lugar donde se encontraban los policías fueron secuestradas varias botellas de cerveza que están siendo peritadas.
Entretanto, ayer fueron inhumados los restos de Camila en el cementerio de Flores. Asistieron alrededor de 200 personas. Camila tenía 14 años, estaba embarazada de casi cinco meses y había empezado días atrás la escuela secundaria. Iba al mismo colegio al que asistía Ezequiel Demonty, que murió ahogado tras ser obligado a arrojarse al Riachuelo por un grupo de policías que fueron condenados el año pasado.
Igual que en el caso de Demonty, el de Camila fue denunciado ante la Justicia por el defensor adjunto del Pueblo porteño, Gustavo Lesbegueris, quien ayer insistió en que los testigos del caso deben contar con protección.

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