El médico acusado de haber abusado sexualmente de un adolescente de 14 años en un cibercafé del barrio porteño de Recoleta recuperó ayer su libertad. La detención del hombre fue suspendida luego de que el juez que instruye en la causa, Ricardo Farías, interpretara que las pruebas recogidas sólo permitían acusar al profesional por “exhibición obscena”, figura por la cual quedó procesado.
Según se informó desde el juzgado, no pudo probarse que el médico hubiera cometido abuso sexual contra el chico, pero sí una “exhibición obscena” ante un menor, delito que prevé una pena de entre seis meses y cuatro años de prisión, y que por lo tanto es excarcelable. El profesional estuvo privado de su libertad durante 11 días, después de que el joven presuntamente abusado hiciera la denuncia y lo identificara como una de las tres personas que lo habría encerrado en el baño del cíber y obligado a practicarle sexo oral, mientras un tercero se masturbaba.
El hecho no pudo ser probado: los testigos identificaron al médico pero ninguno lo vio ingresar en el baño. El caso ocurrió en la tarde del 26 de marzo en el local ubicado en Marcelo T. de Alvear, entre Larrea y Azcuénaga. Según relató la víctima, los tres presuntos abusadores –entre los cuales estaba el médico que trabaja en un centro asistencial de Recoleta– estaban viendo páginas web pornográficas con contenido de paidofilia. Este dato sí pudo ser corroborado por los peritos judiciales, que examinaron cada una de las máquinas del cíber.
Al ser indagado, el médico se declaró inocente. El chico, en tanto, fue sometido a estudios psicológicos para determinar si contó un hecho verídico o inventó una historia; a partir del resultado de entrevistas con una psicóloga se decidió liberar al médico.