Vie 08.04.2005

SOCIEDAD

La mortalidad infantil bajó en el país un 12 por ciento en dos años

Cada año mueren 15 niños de cada mil nacidos vivos. La cifra representa un descenso del 12 por ciento en dos años. El anuncio fue hecho por el presidente Kirchner en el Día Internacional de la Salud. Los expertos advierten que la tasa de mortalidad infantil sigue siendo alta.

› Por Mariana Carbajal

La tasa de mortalidad infantil experimentó un descenso del 12 por ciento en los últimos dos años. El anuncio fue hecho ayer por el presidente Néstor Kirchner, quien destacó que se pasó de casi 17 muertes cada mil nacidos vivos en 2002 a 15 por mil en 2004. “Esta es una reducción que no registra antecedentes en los últimos 20 años”, celebró Kirchner. La provincia de Buenos Aires informó que en su territorio la mortalidad infantil llegó a 13 por mil el año pasado, la cifra más baja de la historia bonaerense. Y en el ámbito porteño, se redujo a 8,5 por mil, lo que significa un descenso del 15 por ciento con respecto al 2003. Aunque auspiciosas, las cifras fueron recibidas con cierto escepticismo por epidemiólogos, sanitaristas y pediatras consultados por Página/12. Los expertos consideran que una tasa de mortalidad infantil de dos dígitos sigue siendo “enorme” y “una vergüenza” para un país como la Argentina. En Chile es de 8,8 por mil y en Cuba, de 5,3.
La mortalidad infantil venía bajando en el país desde hace una década, aunque con indicadores más elevados que en otras naciones latinoamericanas. En 1992, para el total del país, se registró una tasa de 23,9. La cifra fue bajando en forma lenta, pero constante hasta el 2002, cuando, como consecuencia de los coletazos de la crisis, experimentó un incremento: de 16,3 pasó a 16,8. Un año después, se quebraba esa tendencia de aumento: 2003 mostró un descenso leve, a 16,5 por mil. Las cifras difundidas ayer por Kirchner marcan otra baja significativa, a 15 por mil. El Presidente dio la novedad al encabezar un acto en el Salón Blanco con motivo del Día Internacional de la Salud. Según explicó, la mejora se debe a la implementación del Plan Federal de Salud.
“Tener hoy mil muertes menos en el 2004 que en el 2003, no es sólo un número sino es evitar una tragedia, y debemos trabajar para bajar un 25 por ciento más para el 2007”, sostuvo horas más tarde el ministro de Salud, Ginés González García, en la reunión mensual del Consejo Federal de Salud (Cofesa) que se realiza en la ciudad de Mar del Plata. “Por eso estamos aquí, para ver cómo mejoramos la política de salud, porque no podemos quedarnos con esto, siempre hay que procurar más”, agregó.
Todavía no están disponibles las cifras de cada provincia. Históricamente, el país muestra grandes disparidades en los indicadores de mortalidad infantil entre del NOA y el NEA y las otras regiones. La ciudad de Buenos Aires se caracteriza por tener la tasa más baja. En 2004 fue de 8,5 muertes infantiles cada mil nacidos vivos. En 2003 había sido de 10,1 por mil. Según informó la Secretaría de Salud del gobierno porteño, además se achicó la brecha de la tasa de fallecimientos de chicos entre la zona sur y la norte de la ciudad. La diferencia en la mortalidad infantil entre el área del CGP 8 (Lugano, Soldati y Villa Riachuelo) y la del CGP 11 (Villa General Mitre, Villa Santa Rita, Villa del Parque, Villa Ortúzar, La Paternal, Villa Crespo) en 2003 había sido de 15 puntos y en 2004 bajó a 10,4 puntos.
El médico Emilio Boggiano, de la Sociedad Argentina de Pediatría, opinó que pese a la baja, “la mortalidad infantil en la Argentina es todavía muy alta, incluso si se la compara con otros países de la región como Cuba y Chile. Tener dos dígitos es una vergüenza. Hay muertes que son evitables, en especial en el primer año de vida, relacionadas con madres que no concurren al control, muchas adolescentes con partos prematuros y niños de bajo peso, también por enfermedades prevalentes y evitables como las infecciones respiratorias, diarreas y desnutrición, todas consecuencia de la marginalidad, la falta de trabajo y la pobreza”, evaluó Boggiano.
El sanitarista Ignacio Katz, especializado en medicina comunitaria, y el epidemiólogo Gonzalo Moyano, docente de la Cátedra Libre de Salud y Derechos Humanos de la UBA, pusieron en duda las mediciones. “Los sistemas de registro son poco confiables porque no hay un sistema integrado de salud”, objetó Katz. “Me pregunto cuán creíbles son estas tasas, después de que la intervención en Santiago del Estero descubrió que el gobierno de Nina Juárez las dibujaba, y que en 2003 se dijo oficialmente que en Tucumán había bajado la mortalidad infantil, un año después de las grandes denuncias sobre desnutrición”, señaló Moyano. De todas maneras, para este especialista, “15 por mil es una cifra enorme para la Argentina y para la región” y destacó que “al menos un 30 por ciento de esas muertes son evitables si hubiera mejor control del embarazo y se mejoraran las condiciones medio ambientales y los índices de pobreza”.
El médico sanitarista y sociólogo Juan Carlos Escudero aportó otro dato: “La mortalidad infantil está bajando en toda América porque, mal que mal, la cobertura médica está mejorando, a pesar de los niveles de pobreza. Pero un 15 por mil es una vergüenza. Yo les digo a mis alumnos: si uno quiere comprar un celular bueno y barato debe vivir en la Argentina, si quiere tener buena salud y educación, en Cuba. Son prioridades sociales”.

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