SOCIEDAD
Despiden a Rainiero III
En medio de estrictas medidas de seguridad, ayer se abrieron las puertas de la Capilla Palatina del castillo de Mónaco para el último homenaje a los restos mortales de Rainiero III. Los monegascos ingresaron en grupos pequeños a la capilla ardiente donde los restos del príncipe descansaron vestidos con su uniforme de honor, sus medallas y rodeado de un sobrio decorado. En tanto, el esposo de Carolina de Mónaco, Ernesto Augusto de Hannover, anoche seguía, según el parte médico, “estable pero serio”.
“Su hospitalización tendrá que continuar”, explicó ayer una fuente cercana al príncipe que desde el martes está bajo cuidados intensivos en el Centro Médico Princesa Grace del Principado de Mónaco. El príncipe alemán está internado con un cuadro de “pancreatitis aguda”. Primo de la reina Isabel II de Inglaterra, a Ernesto Augusto se le atribuyen problemas serios de alcoholismo. Desde el 23 de enero de 1999, cuando contrajo matrimonio con la princesa Carolina de Mónaco, se ha visto involucrado además en riñas y conflictos varios con paparazzi.
Fuera del centro médico, varios grupos de monegascos se congregaron en la Capilla Palatina para despedir los restos del padre de Carolina. Antes del desfile de los monegascos, entró una delegación de tenistas que participa del torneo ATP de Tenis. Entre ellos, lo hizo el ruso Marat Safin y el español Juan Carlos Ferrero. Más allá de ellos, estuvo prohibido el ingreso a los turistas.
Durante toda la mañana, la plaza frente al palacio estuvo vacía, pero dentro podían verse coronas mortuorias, además de los cortinados azul oscuro y el blasón del príncipe. El viernes pasado el principado de Mónaco estableció las reglas para el desfile donde participaban los 7500 monegascos del principado. Aunque el principado cuenta con más de 30.000 habitantes, sólo serían autorizados inicialmente los monegascos residentes. El principado esperaba un homenaje solemne con un “espíritu de familia”.