SOCIEDAD
› CONDENAN A POLICIAS QUE DEBIAN INVESTIGAR ESTOS DELITOS
Especialistas en secuestros
Pertenecían a la División Antisecuestros. Raptaron a un hombre y pidieron 10 mil pesos. Los condenaron a penas de hasta 14 años.
Tres policías bonaerenses de la División Antisecuestros fueron condenados a penas de entre 13 años y medio y 14 años de prisión por el secuestro extorsivo de un panadero, ocurrido en julio de 2002, en Lomas de Zamora. El Tribunal Oral Nº 8 de ese departamento judicial, a cargo del juicio oral de los uniformados, pidió además que fueran investigados los superiores de los condenados porque, según los policías secuestradores, sus jefes “les habrían dicho que se fugaran, ya que debían detenerlos”. La víctima del secuestro, Darío Medina, no llegó con vida al juicio, ya que falleció en un accidente, según indicó el tribunal. Murió antes de que comenzara el juicio.
El 19 de julio de 2002, Medina fue secuestrado por tres hombres armados cuando trabajaba en su panadería. Lo subieron a un Volkswagen Gol blanco, lo golpearon y, acto seguido, le dijeron que se comunicara con su familia para pedirle un rescate de 10 mil pesos. Desde su casa llamaron de inmediato a la policía y se le dio intervención al fiscal de Lomas de Zamora Darío Belucci, que comenzó a investigar junto con la Delegación de Investigaciones (DDI) de Lomas. Según fuentes judiciales, “el caso se esclareció porque el fiscal le dio intervención a la DDI y evitó pedir colaboración a la División Delitos Complejos de Lomas de Zamora, la cual en ese entonces era la encargada de investigar los secuestros”, y a la que pertenecían los policías secuestradores.
En otra llamada, los secuestradores arreglaron con la familia que la entrega del dinero se realizaría en las inmediaciones de la cancha de Temperley, por lo que personal de la DDI se concentró en esa zona para interceder en el pago y detenerlos. Sin embargo, cuando llegaron a ese lugar, los pesquisas vieron pasar varias veces un Volkswagen Gol blanco que les resultó sospechoso, por lo que registraron su patente y determinaron que se trataba de un móvil en uso de la División Delitos Complejos de Lomas de Zamora. Minutos después, la víctima fue liberada sin que se efectuara el pago. Ante los investigadores, Medina relató que “había estado retenido en aquel auto, que estuvo estacionado gran parte del tiempo (que duró su cautiverio) frente a la sede de Delitos Complejos, en el centro de Lomas”, según se estableció en el juicio. Medina falleció en un accidente de tránsito antes de que sus secuestradores fueran juzgados.
Los policías juzgados son Juan Illescas, Pablo Masgoret y Hernán Palomeque. Los magistrados Gustavo Ramilo, Daniel Petrone y Raúl Calvente determinaron que “la noche del episodio los policías Masgoret y Palomeque debían cumplir una custodia en la casa del entonces jefe de la policía provincial Alberto Sobrado”. Pero cuando los investigadores fueron a detenerlos allí, se enteraron de que los sospechosos habían desaparecido. Recién lograron encontrarlos al día siguiente en el interior de la provincia.
Los policías “alegaron en su declaración que sus superiores les habrían alertado sobre la orden de captura y les habrían indicado que se fugaran”. Según fuentes judiciales, los acusados dijeron que “sus superiores les designaron el abogado defensor y les indicaron que se negaran a declarar”. Por eso, el tribunal dispuso que “se investigue la posible comisión de delitos en relación con los dichos de los imputados” sobre sus superiores. Para los jueces, los policías se movieron “amparados no sólo en su condición de policías, sino en la certeza de que serían de los primeros en enterarse si se formulaba la denuncia, ya que pertenecían a la sección de la fuerza policial cuyo cometido era la investigación de los secuestros”.
El fiscal del juicio, Pablo Pando, había pedido durante el debate una pena de 15 años de prisión para cada uno de los acusados. Pero el tribunal distinguió al oficial inspector Illescas de los otros dos al atribuirle una responsabilidad mayor por haber sido el jefe del grupo operativo. Por ello, a él lo condenaron a 14 años, mientras los suboficiales recibieron una pena de 13 años y medio.