La causa por la muerte de Florencia Moller Rombolá, la nena de 9 años que falleció ahogada en febrero de 2001 en la pileta del club All Boys, en el barrio de Floresta, será elevada a juicio oral y los padres, después de un largo camino a nivel judicial, podrán actuar como querellantes. Como dato particular, en un hecho “sin precedentes en la Justicia argentina”, según señaló Marisa Rombolá, la mamá de Florencia, la familia tendrá la posibilidad de imputar a algunos sospechosos que no fueron señalados en la acusación presentada por el fiscal Juan Manuel Sansone, el mismo que lleva la causa por el siniestro en República Cromañón. Los padres acusarán al presidente del club All Boys, Horacio Bugallo, al titular de la Red de Clubes; Megatlon que tenía la concesión de la pileta, Fernando Storchi, y al coordinador deportivo Julio César Giraldi.
Las únicas dos personas que serán imputadas por la familia y por el fiscal Sansone son la profesora de natación María Cecilia Privato y la guardavidas Giselle Vanessa Kamenetzky. La familia pedirá penas de 15 años de prisión para los directivos y de 12 años de cárcel, en ambos casos efectiva, para la profesora y la guardavidas. La mamá recordó que el 12 de febrero de 2001 Florencia “resultó ahogada mientras tomaba su cuarta clase de natación”. La autopsia demostró que la niña ingresó al agua “sana y viva, y finalizó la clase con el corazón y los pulmones llenos de agua y un importante edema cerebral, producto de la fuerza que habría hecho para respirar sumergida, sin que nadie la rescatara”.
En la causa, hasta ahora, Storchi, Bugallo y Giraldi están procesados por homicidio culposo. Los padres piden, para todos los imputados, que se los juzgue por homicidio “con dolo eventual”. Rombolá opinó que la causa tuvo “una tramitación lenta y dificultosa” porque el fiscal “se negó a acusar tanto a los directivos de las instituciones como al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que debía haber clausurado la pileta porque no tenía la habilitación”.