SOCIEDAD
› NO HABLA Y SOLO SE COMUNICA A TRAVES DE LA MUSICA
El enigma del joven pianista
Apareció en una carretera del sur de Gran Bretaña. No se sabe de dónde viene, pero sí que es un virtuoso pianista. Buscan identificarlo.
Por Lourdes Gómez *
Desde Londres
Tiene entre veinte y treinta años, pelo corto y ropa elegante. Es delgado y alto. De aspecto tímido, se asusta con facilidad y está en un estado de extrema ansiedad. No suelta palabra, no ha podido revelar su identidad, pero toca el piano con una virtuosidad pasmante. ¿Quién es el misterioso pianista? Ayer, las autoridades británicas distribuyeron una fotografía de este joven desconocido en busca de pistas que conduzcan a su identificación. En pocas horas se vieron inundados de llamadas del público, pero a última hora de la noche la incógnita seguía sin resolverse.
El pianista, como lo ha apodado la policía, apareció una noche de abril dando tumbos por una carretera en la ciudad costera de Sheernes, en Kent, al sur de Inglaterra. Estaba empapado hasta los huesos y completamente desorientado. Vestía un elegante traje de chaqueta negro, corbata y camisa blanca. No decía palabra y parecía muy traumatizado. No se sabe qué hacía en la calle bajo la intensa lluvia del pasado 7 de abril e incluso se baraja la posibilidad de que llegara a tierra nadando desde algún barco.
El desconocido se encuentra desde entonces en un hospital psiquiátrico. Físicamente está bien, pero no habla y sufre continuos ataques de ansiedad. Sólo se relaja frente al teclado. Y es más: toca el piano con una soltura y virtuosidad propia de profesionales. Los médicos descubrieron esta faceta artística de causalidad. Para romper el hermético silencio, le dieron unas hojas de papel y un bolígrafo. Unas horas después había dibujado un piano de cola y la bandera de Suecia. ¿Será sueco? Nadie lo sabe. Pianista debe ser y compositor también.
Resultó sencillo descubrirlo. La capilla del centro hospitalario tiene un piano y allí condujeron al joven desconocido. Estuvo tocando música clásica durante cuatro horas y después vuelta al silencio. “Fue alucinante verlo tocar. Pero no ha dicho una palabra desde que lo recogieron cerca de la playa”, dijo ayer a la BBC el asistente social, Michael Camp.
Sigue tocando con gran pasión y, según dicen, hay días en que deben apartarlo a la fuerza del instrumento. Al parecer interpreta pasajes de Tchaikovski y, sobre todo, partituras de su propia cosecha. No habla, pero sabe escribir y leer música. En esos últimos días ha compuesto bellas piezas. “Está muy ansioso, pero vuelve a la vida en cuanto se sienta al piano”, explicó Camp.
“Toca muy bien y es un placer escucharle”, señaló por su parte Ramanah Venkiah, responsable del departamento de psiquiatría del Hospital Marítimo Medway. El pianista ha podido sufrir un trauma fuerte que le ha provocado amnesia. Le han hablado en diferentes lenguas europeas, pero no responde con palabras. Se asusta ante las caras nuevas y huye entonces hasta acurrucarse en algún rincón. Sólo reacciona positivamente a la música. “Unicamente es capaz de controlar los nervios y la tensión con el piano. Se relaja tocándolo. Se ciega a todo lo demás y no presta más atención que a la música”, ha señalado el capellán.
Con la distribución de la fotografía se espera que surja alguien que pueda identificar al joven. El Centro Nacional de Personas Desaparecidas ha establecido contacto con compañías y orquestas europeas con la esperanza de resolver el misterio. La gente está colaborando, pero la información proporcionada por el momento no ha conducido a buen puerto. La última pista se orientaba ayer hacia el condado de Sussex, próximo al lugar donde fue descubierto por la policía. Mientras, el pianista sigue hospitalizado, ya que sería peligroso dejarlo salir en tal confuso estado mental.
Los médicos estudian su situación en paralelo con la investigación policial enfocada a llegar hasta su hogar, sus amigos, su puesto de trabajo. Por ahora sólo hay preguntas. ¿Será inglés? ¿O sueco, como la bandera que dibujó? ¿Vendría esa noche de ofrecer un recital y por ello vestía prendas elegantes y lujosas? ¿Habría acaso asistido a un concierto como parte de la audiencia? ¿O, como sugiere el capellán, vestía traje negro porque venía de un funeral? Las respuestas aún no llegan y, mientras tanto, el misterio sigue sin resolverse.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.