SOCIEDAD
Absuelven al policía de gatillo fácil que acribilló a balazos a Frente Vital
Aunque los testigos aseguraron que el chico recibió cinco balazos mientras pedía clemencia, los jueces no lo consideraron probado. El fiscal y la familia de las víctimas apelarán la sentencia.
Para el Tribunal Oral 3 de San Isidro “no quedó acreditado” que Víctor “Frente” Vital (16) haya sido asesinado mientras estaba en cuclillas, desarmado y pidiendo clemencia al ex sargento Héctor Eusebio Sosa, quien le disparó cinco balazos a una distancia menor a un metro, según las pericias. Para quienes sí había quedado acreditado que las cosas habían ocurrido así aquel 16 de febrero de 1999 fue para la fiscalía, la querella y los numerosos testigos que declararon en la causa. Ellos habían dicho que el chico de 16 años al momento de ser asesinado estaba “desarmado” y gritaba “no tiren, me entrego” debajo de una mesa. Los peritajes, en tanto, indicaron que una de las balas mortales entró por la sien del chico y salió por la nuca, en dirección de arriba hacia abajo, y que otra bala le traspasó la mano, como si la víctima hubiera estado atajándose. Para los jueces, esto no quedó probado, por lo que el policía fue absuelto. El fallo será apelado por la fiscalía y la querella ante la Cámara de Casación.
Lo que sí quedó demostrado es que El Paraguayo Sosa fue quien mató a Frente Vital, ya que él mismo lo admitió. “Ya sabemos cómo es esta Justicia”, dijo Sabina Sotello, mamá del Frente, quien tras su muerte se convirtió en un “santo” venerado por los pibes del barrio, muchos de ellos en conflicto con la ley. Los familiares adelantaron que apelarán la sentencia del tribunal, que ya tiene antecedentes de fallos favorables a policías acusados de “gatillo fácil” contra presuntos ladrones (ver recuadro).
La sala cobró un clima sombrío cuando se leyó la decisión. El fiscal había pedido una pena de 12 años de prisión, y la querella, 16, en ambos casos, por homicidio simple. El tribunal coincidió, en cambio, con el criterio del abogado de Sosa, Matías Huici –también policía y hermano del ex subcomisario Bautista Huici, uno de los ex imputados en la causa AMIA–, quien había pedido la absolución.
Sabina escuchó a los jueces con un fortaleza maternal y consoló a los que la abrazaron para llorar. Sobre todo a su hija Graciana, que no dudó en insultar a Sosa y a los jueces. “Este tipo remató a mi hermano con un tiro en la cabeza y quedó suelto. No entiendo más nada”, dijo desconsolada a Página/12. De fondo se escuchaban los bombos de allegados de las víctimas del gatillo fácil que aguardaban afuera, custodiados por más policías que en las jornadas anteriores.
Los redoblantes sonaron hasta que la abogada de los Vital y titular de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), María del Carmen Verdú, salió y dio la noticia: “La Justicia está solamente para servir a los intereses de su clase –dijo–. Vamos a recurrir en Casación, pero sabemos que esto no se resuelve con jueces y fiscales”. Todos quedaron mudos, no atinaron ni a insultar. Sabina no resistió más, se apoyó en un árbol y lloró.
Para Verdú, la explicación de esta decisión está en que “acá no hay una Justicia para pobres y otra para ricos. Hay un una única justicia con una clara función de defender sus intereses de clase con la protección a los poderosos y a los sirvientes de los poderosos, la policía”, dijo a Página/12. Sabina, con calma pero sin resignación, añadió: “Esto me da la pauta de que los jueces no hacen las cosas como corresponden. Pero yo voy a seguir luchando”.
Aunque todavía no se conocen los argumentos del fallo, se estima que los jueces rechazaron las afirmaciones de que el Frente había descartado su arma luego de robar una maderera y que la policía “plantó” un revólver calibre 22 en la casa donde se cobijó tras la huida y donde fue baleado.
Sosa nunca negó haberlo matado. Llegó al juicio beneficiado por una excarcelación extraordinaria. Ahora goza de la libertad sin eufemismos. Ya apartado de la bonaerense, podrá seguir jugando al fútbol en una cancha privada y dando vueltas con su auto por la localidad de Garín, según contaron algunos de sus vecinos. En noviembre de 2000 había sido penado con tres años de prisión, en juicio abreviado, por exceso en legítima defensa y quedó libre. Los Vital apelaron la decisión, la Cámara declaró la nulidad de aquella condena y ordenó un nuevo juicio, que terminó ayer. Con Sabina también estuvieron Rosa, mamá de Miguel Bru, y Raquel, la del músico Mariano Wittis; también hubo representante de Madres de Plaza de Mayo y familiares de otras víctimas de gatillo fácil. Todos se citaron para hoy a las 17 en la estación de Garín, para “escrachar” a Sosa en su propia casa, donde vive con sus hijos, dos de ellos, “futuros policías”, según contó una vecina.
Informe: Adrián Figueroa Díaz.
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