SOCIEDAD
› SACRIFICIOS DE NIÑOS AFRICANOS EN GRAN BRETAÑA
El espanto de los rituales
Por Walter Oppenheimer
Desde Londres
Un informe encargado por Scotland Yard divulgado ayer por el programa Today, el informativo estrella de BBC Radio Four, da cuerpo a la tesis de que Londres es escenario de numerosos sacrificios rituales en el seno de su comunidad africana. El informe, que será publicado oficialmente el mes que viene, da cuenta de “incontables testimonios” de esos sacrificios, aunque admite que las personas que han hablado de ellos no han acusado a nadie por temor a las represalias.
El informe apunta a que muchos de esos niños son introducidos ilegalmente en el Reino Unido para ser sacrificados o hacer de esclavos domésticos y sexuales.
El informe ha sido elaborado durante 10 meses por un equipo de abogados y trabajadores sociales de diverso origen étnico y fue encargado en 2003 por la Policía Metropolitana como consecuencia de dos casos distintos, pero de alguna manera con puntos comunes. El primero fue la muerte en febrero de 2000 de Victoria Climbié, una niña de ocho años que había llegado unos meses antes de Costa de Marfil. Los médicos encontraron 128 heridas en su cuerpo, desde golpes a marcas de cigarrillos. Durante el juicio quedó en evidencia que sus cuidadores creían que Victoria estaba embrujada.
En septiembre de 2001 apareció en las aguas del Támesis el torso desnudo de un niño. No tenía ni cabeza, ni brazos, ni ropa. El ADN del pequeño, al que los investigadores llamaron Adán y le atribuyeron cinco años, llevó las pesquisas policiales hasta un pueblo de Nigeria. La policía concluyó que Adán había sido víctima de un sacrificio ritual. En mayo pasado, al presentar sus conclusiones, la policía reveló que en los tres meses previos a la muerte de Adán habían desaparecido de las escuelas de Londres 300 niños negros de entre cuatro y siete años, de los que 299 eran africanos y uno caribeño.
Muchos quizás estén de vuelta en Africa, como aseguran sus familiares, pero quizás algunos de ellos han sido también víctimas de un sacrificio ritual.
Los autores del informe encontraron testimonios que apuntan a un “lucrativo negocio” de brujos y santones, que explotan la buena fe y la superstición de gente humilde: “Creen que para que el hechizo tenga efecto tiene que darse el sacrificio de un niño varón que no haya sido manchado con la circuncisión”. El informe asegura que muchos niños son traídos también para hombres que tienen el virus del sida y que creen que pueden curarse teniendo sexo con niños.
La semana pasada fueron condenadas tres mujeres por someter a violencias y torturas a una niña angoleña de ocho años que a sus ojos era una bruja poseída por el demonio.
De El País, de Madrid. Especial para Página/12.