“Si no se logra participación social, el Plan Nacional por los Derechos de los Niños podría quedar como rehén de grupos reaccionarios”, dijo a este diario uno de los especialistas vinculados con su preparación. Los lineamientos del plan se presentaron ayer en la Casa de Gobierno y su texto definitivo se prevé para el año que viene, luego de ser debatido por la sociedad civil. Tanto este debate como el abordaje de fondo que el plan –de acuerdo con criterios de Unicef– propone para los problemas de la niñez se darán en el nivel de los municipios. La Nación firmó ayer un convenio con 2550 comunas de todo el país para que desde ellas, a partir de la creación de consejos especializados, se ayude a los chicos en situación de vulnerabilidad. Esta asistencia es la otra pata, imprescindible, de la derogación y reemplazo de la Ley de Patronato que, entre otras cosas, permite que cualquier juez encierre a un niño en un instituto con el solo argumento de que sus padres son pobres. El criterio internacional al que se atiene el plan es fortalecer a la familia –nuclear o ampliada– para que el chico permanezca en ella. Pero los grupos e intereses que sostienen el sistema de patronato e institutos podrían servirse del debate participativo para trabar estos cambios.
Los Lineamientos 2005 del Plan Nacional de Acción por los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes fueron presentados por su coordinador, Pablo Villegas, con la participación del presidente Néstor Kirchner quien, además de despacharse contra sectores empresarios (ver página 3), comentó que “en mis visitas presidenciales a ciertos países de América latina supe que a los chicos de la calle se los llevaban en camiones el día anterior, para que los presidentes no los viéramos”.
Según explicó Villegas, una idea central del plan es “que el chico pueda quedar contenido por su familia y en su comunidad, evitando la judicialización de los pobres. Todavía hoy la Ley de Patronato define que el niño ‘en peligro moral o material’, discrecionalmente evaluado por el juez, puede ser internado en institutos, muchas veces a centenares de kilómetros de su hogar”. Ya tiene media sanción en Senadores y espera ser tratada en diputados una ley de Protección Integral que se adecua a la Convención Internacional por los Derechos del Niño, con rango constitucional en la Argentina. “Pero los cambios en la legislación sólo pueden tener efecto si van acompañados por políticas sociales activas”, advirtió Villegas.
Un eje del plan es apelar a la responsabilidad social en el nivel de las organizaciones comunales. Ayer la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, firmó un convenio con la Federación de Municipios, que incluye 2550 municipalidades del país. El plan apunta a constituir “consejos locales de derechos de los niños” en cada municipio. Por ejemplo, apuntó Villegas, “ante un chico en posible situación de vulnerabilidad, el equipo técnico del Consejo Municipal evalúa las condiciones de la familia, incluso de la familia ampliada, por ejemplo los tíos. También puede recurrirse a ‘familias solidarias’ de la vecindad, que de hecho muchas veces se hacen cargo espontáneamente de chicos en vulnerabilidad. Esto puede extenderse y sistematizarse mediante programas de familias solidarias”.
El representante de Unicef en la Argentina, Jorge Rivera Pizarro, señaló a este diario que “el plan responde a un acuerdo de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que en 2002 comprometió a sus miembros a formular planes específicos referidos a la niñez”. Según destacó Pizarro, “hay antecedentes internacionales muy positivos de sistemas de protección a la niñez centrados en atribuir responsabilidad a las comunidades locales sobre la base de los municipios”. El funcionario subrayó especialmente que “Unicef espera la pronta sanción de la ley que cambie la práctica de judicializar la pobreza de los niños en la Argentina”.
Villegas aclaró que los lineamientos presentados ayer “se abrirán a la discusión con los municipios, las provincias y las organizaciones de la sociedad civil”. A partir de este debate, en 2006 se definirán los puntos concretos del Plan Nacional.
–¿No existe el riesgo de que intereses o sectores beneficiados por el antiguo sistema de Patronato procuren torcer, en ese debate, los lineamientos del plan? –preguntó Página/12 a un especialista que fue consultado para la preparación de los lineamientos.
–Sí. Ese riesgo existe. Por eso es importante la participación, para que el plan no quede como rehén de algunas organizaciones. Al fin y al cabo el sistema de patronato tiene su raíz en concepciones religiosas tradicionales que, “desde el amor y la ternura”, protegen a los niños privándolos de su libertad. Hoy se trata, no de “proteger a la persona”, sino de salvaguardar sus derechos.