El nombre de la isla deviene de la onomatopeya del ruido que, antes de la construcción de la represa de Yacyretá, hacían los rápidos del Apipé, que dificultaban la navegación en este tramo del Alto Paraná. Un remolcador, que hoy todavía sigue fondeado frente a la obra binacional, pero que ha dejado de cumplir su función, amarraba a los barcos, como un camión de auxilio, y los ayudaba a superar el escollo. Hoy no están los rápidos, pero subsisten algunos problemas limítrofes.
Marcos Cardozo, titular de la subprefectura de Ituzaingó, confirma que para llegar a la isla, desde Ituzaingó, es decir para unir dos puntos de la geografía correntina, hay que navegar por aguas jurisdiccionales paraguayas. “Eso quedó establecido por un tratado de límites firmado en 1876 que estableció que Apipé es argentina y Yacyretá paraguaya, pero las aguas son de jurisdicción paraguaya, aunque la navegación se hace libremente, sin restricciones.” Los pobladores, en cambio, sostienen que la Prefectura paraguaya “no deja pasar a los pescadores argentinos”, lo que significa, para ellos, un grave problema dada la importancia que tiene la actividad para la supervivencia.