SOCIEDAD
› LANZAN EL PRIMER TRANSBORDADOR
TRAS EL ACCIDENTE
Con los temores del regreso
Si no hay cambios de última hora, despega hoy el Discovery. Es el primer vuelo tras el desastre del Columbia de hace dos años.
Por Alicia Rivera *
Desde Madrid
La NASA afronta esta semana uno de los momentos más críticos de su historia: el regreso al espacio de los transbordadores, que permanecieron en tierra desde el accidente del Columbia, que supuso la muerte de sus siete tripulantes el 1º de febrero de 2003. Para hoy está previsto el varias veces pospuesto lanzamiento del Discovery, con siete astronautas a bordo que probarán en órbita los nuevos sistemas de seguridad de la nave e irán a la Estación Espacial Internacional (ISS). El plan es que en los próximos meses despeguen también otros dos transbordadores, el Atlantis y el Endeavour, para continuar la construcción de la base orbital antes de que, dentro de cinco años, sean jubiladas definitivamente estas naves.
Si no surge ningún problema, el Discovery despegará a las 16.51, hora argentina, desde la base espacial Kennedy, en Florida. La ventana de lanzamiento (el período en que es posible la salida) se mantiene abierta hasta el 31 de julio. La tripulación de siete astronautas, bajo la autoridad de la veterana comandante Eileen Collins, tiene encomendadas dos tareas principales: probar en órbita las modificaciones realizadas en el transbordador para incrementar su seguridad y llevar a la ISS suministros imprescindibles, incluida agua para los astronautas que están viviendo allí y un dispositivo de control de la estación. Durante el vuelo, de 13 días de duración, los astronautas realizarán tres paseos espaciales.
El accidente del Columbia y la muerte de sus siete tripulantes, como antes el del Challenger (en 1986), paralizó la actividad de los transbordadores y los astronautas de la NASA tuvieron que viajar a la ISS durante más de dos años a bordo de las cápsulas rusas Soyuz. Pero, sobre todo, la catástrofe conmocionó a la agencia espacial estadounidense y desbarató en gran medida sus planes.
La investigación del accidente, el análisis de sus causas y las modificaciones de todo el sistema de transporte espacial (STS, como se denomina oficialmente el transbordador) para aumentar su seguridad exigieron más de dos años de trabajo y ensayos. Los aplazamientos del primer vuelo del Discovery por causas variadas se fueron sucediendo casi hasta el último momento e incluso el viernes pasado se llegó a plantear la posibilidad de devolver la nave al hangar ante la amenaza del huracán Dennis, que luego se consideró menor.
Collins y su tripulación tendrán que probar, entre otras cosas, un nuevo mástil extensible de 15 metros de longitud y dotado de cámara y sensores especiales para poder inspeccionar todo el exterior de la nave y comprobar si se produjeron desperfectos tras el lanzamiento. También se utilizará para este propósito el brazo articulado estándar del transbordador, pero éste no alcanza a ver toda la superficie.
El comité independiente que evaluó el accidente del Columbia realizó 15 recomendaciones que la NASA se comprometió a cumplir antes de dar luz verde de nuevo a los vuelos de los transbordadores. A esas indicaciones se sumaron otros 14 requisitos impuestos por la propia agencia espacial. En total, se abordaron 44 aspectos del sistema para incrementar su seguridad. Un comité especial hizo el seguimiento de la puesta en práctica de todas ellas.
Recientemente se supo que no se cumplieron satisfactoriamente tres de ellas: una sobre la eliminación de fragmentos que se desprende del depósito principal de combustible (un trozo de gomaespuma causó la catástrofe del Columbia); otra referente al análisis exhaustivo del riesgo que suponen y una tercera que exigía dotar a estas naves de equipos para que los astronautas puedan reparar en órbita desperfectos en las capas exteriores de protección térmica de la nave. La NASA está desarrollando sistemas avanzados de reparación de esos desperfectos en órbita, pero de momento sólo tiene algunas herramientas limitadas, que se probarán en este primer vuelo del Discovery. Pese a ellos, el almirante retirado Harold Geh-man, presidente del comité del Columbia, declaró: “Se han dado todos los pasos necesarios para estar listos para volar”.
Las modificaciones realizadas, cuyo costo no especificó la NASA, se hicieron en el propio avión espacial, en los cohetes laterales y en el depósito principal de combustible. Pero también se mejoraron los procesos de mantenimiento de los transbordadores en Tierra y los procedimientos de control de la misión.
Un total de 107 cámaras, la mayoría automáticas o manejadas por control remoto, en tierra o en aviones, filmarán el despegue del Discovery para tener información lo más exhaustiva posible a la hora de estudiar cualquier problema que pueda producirse.
Pese a todas las medidas, los vuelos espaciales siguen siendo peligrosos. “Yo no utilizaría la palabra seguro para describir un vuelo espacial, incluso tras todas las mejoras realizadas en los transbordadores en los últimos dos años y medio”, afirma Gehman. “Creo que los americanos y la mayoría de los parlamentarios no se dan cuenta de los riesgos de estos vuelos”.
* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.
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