Mar 16.08.2005

SOCIEDAD  › CREEN QUE LA PRESURIZACION DEL AVION YA TENIA PROBLEMAS

Sospechas sobre la aerolínea Helios

Los medios de Chipre dicen que se habían denunciado problemas en el aire acondicionado. Muchos pasajeros murieron congelados.

Una falla en el aire acondicionado es, hasta el momento, la causa por la que murieron los 121 pasajeros del avión de Helios Airways, de Chipre, estrellado el domingo pasado en Grecia. De la totalidad de los viajeros, sólo pudieron ser reconocidos 45. Para los demás, se deberá recurrir a análisis de ADN. Según el ministro del Interior griego, Prokopis Pavlopoulos, “parece que la muerte en muchos casos, si no en todos, se ha producido antes del accidente, pero es algo que debemos confirmar”. Las dos cajas negras serán estudiadas en París. Pero una de ellas, en la que estarían las conversaciones de los pilotos, está demasiado dañada, indicaron los investigadores del desastre. La cantidad de chicos fallecidos sería de 25. El domingo, dio la vuelta al mundo el presunto último mensaje de texto escrito por uno de los pasajeros que decía: “Tenemos frío, el piloto está azul. Vamos a morir. Adiós”. Ayer se supo que era una muestra de humor griego. El chistoso será procesado.
En el aeropuerto de Larnaca, de donde despegó el vuelo 552 con destino a Praga para caer en las inmediaciones de Atenas, ayer tuvo lugar un “mini motín”, según medios chipriotas. Helios Airways tuvo que suspender dos de sus vuelos, porque los tripulantes y los pasajeros se negaban a abordar y exigían que se les reintegrara el importe pagado por sus pasajes o que les permitieran volar con aviones de otra compañía. Helios, creada en 1999, es la primera compañía aérea privada de Chipre. Tiene cuatro aviones. Uno de ellos el accidentado.
El mismo domingo, los familiares de las víctimas empezaron a llegar a Atenas para reconocerlas. El ministro de Transportes de Chipre, Charis Thrasou, dijo que de los 121 muertos 104 son chipriotas, cuatro griegos, un turco-chipriota, un piloto alemán y 11 personas cuya edad y nacionalidad aún no se conocen. La madre del copiloto Charalambos Charabous contó que “dos veces mi hijo me habló de los problemas que tenía el avión. ‘No vueles, hijo mío’, le contesté, y él me respondió: ‘El lunes vuelvo, no te preocupes mamá, estaremos con toda la familia juntos’. Ahora regresará en un féretro y sus cuatro hijos quedarán huérfanos”, dijo.
La empresa negó que existieran esas fallas, pero los investigadores aseguraron que en el historial técnico del aparato, cedido a Helios por la aerolínea egipcia Egyptair, existen reparaciones por averías similares tras vuelos a Londres y Varsovia. Para que no se eliminaran documentaciones pertinentes a la investigación, la policía de Chipre allanó ayer las oficinas de la compañía aérea. Según medios de ese país, varios técnicos fueron obligados a dimitir por negarse a firmar certificados de correcto funcionamiento de los aviones de Helios.
Aunque todavía se desconoce el registro de las dos cajas negras, las hipótesis apuntan a una avería en el sistema de refrigeración, que habría provocado una despresurización de la cabina. La falta de oxígeno y el frío dentro del aparato habría matado por congelamiento y asfixia a la mayoría de los pasajeros y tripulantes antes de que el avión se precipitara (ver aparte).
Esta suposición concuerda con lo relatado por los dos pilotos de los cazabombarderos griegos que escoltaron al avión cuando entró al espacio aéreo sin pedir autorización a la torre de control en Atenas. Según ellos, el capitán de la nave, de nacionalidad alemana, no estaba en la cabina, el copiloto yacía inconsciente en su asiento y las máscaras de oxígeno que caen automáticamente cuando adentro hay una despresurización colgaban.
Mientras el domingo desde Helios habían asegurado que 48 de los pasajeros eran chicos, la policía griega redujo ayer esa cifra a 25. Quienes iban a buscar a sus familiares a Grecia todavía estaban embargados por la tristeza. “Mi hija, mi nieta de cuatro años. No puedo hablar... mis hijos han muerto”, decía Themis Chadjisavva antes de embarcar en el vuelo especial alquilado por Helios. “No sé qué tengo que hacer. Creo que me harán un examen de ADN”, dijo confusa, vestida de negro riguroso, mientras sus familiares la sostenían para que subiera. Los familiares de las víctimas fueron asistidos por cuatro psicólogos. “Mi hija, de 27 años, iba de vacaciones con sus amigos. Es un dolor tan enorme. Ya sé que será difícil reconocerla, pero no nos queda más remedio que ir”, declaraba Anna Onisoforou. Más atrás, Kiriakos Kyriakou pedía un castigo ejemplar para Helios: “Una familia entera. Cinco miembros. Tres hijos. La compañía tiene la responsabilidad”, gritaba.
El viceministro de Sanidad de Grecia, Thanassis Biannopoulos, dijo que sólo pudieron ser identificadas 45 personas. “Para la identificación de los otros cadáveres serán necesarias pruebas de ADN”, agregó. Según los primeros estudios forenses, los pasajeros no murieron por la inhalación de gases tóxicos o por la falta de oxígeno, sino por la caída del avión. Pero según los rescatistas, los cuerpos estaban quemados o congelados. Cuando se le acabó el combustible, el 737 se estrelló en una zona de colinas rocosas unos diez kilómetros al noreste del aeropuerto ateniense. Para saber qué contenían las cajas negras habrá que esperar dos semanas.
Un griego identificado como Nektarios Sotitis Voutas, de 32 años, fue detenido en Tesalónica porque confesó haber inventado el mensaje de un supuesto primo a bordo del avión. El hombre había dicho el domingo al canal de televisión Alpha haber recibido el texto SMS “Tenemos frío, el piloto está azul. Vamos a morir. Adiós”. Será procesado el martes.

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