SOCIEDAD
Entre danzas wichís, una ceremonia para bendecir a sus protectores
Los Jaguares, de Greenpeace, son los primeros “blancos” bendecidos en una ceremonia wichí. El ritual tuvo lugar durante la fundación de una base de operaciones en la zona de Pizarro, Salta, golpeada por el desmonte auspiciado por el gobierno de Juan Carlos Romero.
› Por Pedro Lipcovich
Con lágrimas en los ojos de los invitados finalizó el acto en que, por primera vez, los wichís abrieron una de sus más importantes ceremonias a personas no integrantes de la comunidad. Se trató de la bendición de la base de operaciones de Greenpeace, que, en alianza con los wichís y con otras entidades ambientalistas, intentará frenar el desmonte del territorio donde viven 90 integrantes de la comunidad wichí. Por sus riquezas ambientales, Pizarro había sido declarada reserva natural, pero Juan Carlos Romero, gobernador de Salta, la vendió a empresarios privados. Los ambientalistas piden la intervención urgente del gobierno de la Nación.
Sobre la alfombra ceremonial y bajo un orden preciso se alineaban las semillas de maíz, de poroto, de acelga. Uno a uno los participantes las recogían y las depositaban, a diez metros de distancia, en un pozo. Porque el de los wichís es un culto a la tierra. La ceremonia incluyó danzas con trajes rituales hechos con fibra de cháguar, una cactácea local acompañadas por tambores y maracas de calabaza. “Somos los únicos occidentales que hemos accedido a esta ceremonia. Fue un gran honor y estuvimos al borde de las lágrimas”, contó Oscar Soria, de Greenpeace.
Lo bendecido fue la base permanente que Greenpeace inauguró en Reserva Pizarro. Desde allí operarán los “Jaguares”, miembros de la entidad que, en motocicletas, saldrán a enfrentar a las topadoras cuando empiece el desmonte y tratarán de bloquearlas mediante una especie de cepo, desarrollado por los ambientalistas, que es muy difícil de desmontar.
“Claro que esto no puede impedir sino sólo posponer el desmonte –comentó Oscar Soria, representante de Greenpeace–. Otra acción en marcha es un recurso de queja ante la Corte Suprema de la Nación, que presentamos junto con Fundación Vida Silvestre y Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). Además, como medida excepcional y junto con Red Solidaria y Fundación Vida Silvestre, hacemos una colecta para tratar de comprar la reserva.”
Soria destacó “la responsabilidad del gobierno de la Nación, que está en condiciones de declarar a Reserva Pizarro como ‘Bosque Protector’ e impedir su desmonte. Por eso pedimos la intervención urgente del presidente Néstor Kirchner”. El ambientalista subrayó que “el caso de Reserva Pizarro es emblemático de los desmontes que afectan a Tucumán, Santiago del Estero, Formosa, Salta y Jujuy, destruyendo los bosques nativos para dedicar la tierra al cultivo de soja”.
Reserva Pizarro es residencia ancestral de los wichís. De su superficie de 25.000 hectáreas, 16.000 estarían a punto de ser desmontadas. “Los productores están esperando que el gobierno provincial otorgue el permiso de desmonte, lo cual es inminente –advirtió Juan Casavelos, de Greenpeace–. Aun antes, han trazado en la reserva deslindes y picadas que son ilegales: son picadas más anchas que una avenida en una ciudad.”