Un grupo de vecinos de Gualeguaychú se reunió ayer con el presidente Néstor Kirchner y el canciller Rafael Bielsa para plantear su preocupación por las dos plantas papeleras que ya se están empezando a construir en la localidad uruguaya de Fray Bentos. “Hubo un compromiso por parte del Gobierno de acompañar el reclamo y de seguir construyendo una posición nacional”, indicó a Página/12 Andrés Rivas, miembro de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú. Tras el encuentro, Bielsa insistió con el reclamo de que “Uruguay discontinúe la construcción de las plantas de celulosa” hasta que se conozcan las conclusiones de un estudio de impacto ambiental.
Los vecinos llevaban “el reclamo más inmediato” de estos días: lograr que se paralicen las obras que ya están en marcha en Fray Bentos.
De la reunión también participaron –además de diez representantes de la asamblea de vecinos– el gobernador y el vicegobernador de Entre Ríos, Jorge Busti y Pedro Guastavino; el intendente de Gualeguaychú, Daniel Irigoyen; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el embajador argentino en Montevideo, Hernán Patiño Meyer. “El Presidente dijo que iba a hacerse eco del reclamo de Gualeguaychú, para tomarlo y ponerlo en la agenda nacional como uno de los temas prioritarios. Nosotros queremos confiar en su palabra”, señaló Rivas. Durante los 45 minutos que duró el encuentro se tendieron los lineamientos de las estrategias a seguir en el tema.
También se habló de la próxima reunión de la comisión binacional encargada de evaluar el impacto ambiental, prevista para el 31 de agosto. Sobre este punto no reina el optimismo, ya que por ahora “la parte uruguaya no cumplió en entregar información técnica y ambiental”, indicó Rivas.
En una conferencia de prensa posterior al encuentro, el canciller señaló que “es irritante comprobar visualmente que las plantas se continúan construyendo, eso es un hecho y nosotros defendemos un derecho”, agregó. Por otra parte, Bielsa afirmó que la labor de ese ministerio es “mantener la mejor relación posible” con el resto de los países, mientras “se preservan bienes sensibles como el ambiente físico”. Y agregó: “Hay que coordinar ambas exigencias, sin que eso implique decir a todo que sí o lesionar derechos que no deben ser menoscabados”.
El Presidente recibió las 35 mil firmas que comenzaron a recolectarse en marzo en contra del proyecto, impulsado por la compañía finlandesa Botnia y la española ENCE. Las plantas de elaboración de pasta de celulosa están separadas por tres kilómetros. “Los españoles están en la primera fase del proyecto, ya instalaron una terminal logística. Los finlandeses están empezando con los movimientos de tierra, preparando la zona para comenzar a construir”, reveló Rivas. Los vecinos están en alerta por las consecuencias sobre la salud que implicaría el emprendimiento, así como también por el impacto negativo que traería para el turismo: estas plantas se caracterizan por poblar el aire de un penetrante olor a huevo podrido.
“Reclamamos la no instalación de las papeleras, bajo ningún punto de vista, porque nos consta que traen problemas ambientales”, destacó el integrante de la asamblea. Rivas también subrayó que “hubo un quiebre cultural en Entre Ríos, porque al principio este era un tema en el que veníamos trabajando organizaciones ambientalistas con algunos vecinos. Y ahora pasó a ser una cuestión de ciudadanía. Si vas a Gualeguaychú, es realmente impresionante cómo el tema está instalado”, reflexionó.