Al final, habrá Tertulia. Así lo dispuso la Cámara de Apelaciones porteña al revocar la suspensión que recaía sobre la instalación artística preparada para realizarse en el Cementerio de la Recoleta. El fallo, firmado por la jueza Daniele Russo, indica que “no debería admitirse la limitación de una expresión artística cuando existe incertidumbre sobre el presunto agravio que esa expresión pueda provocar”. Y aclara que si diera la razón al grupo de vecinos del cementerio “se establecería una censura previa, que debe ser desestimada ya que afectaría una garantía constitucional expresa y directamente establecida para la libertad de expresión, que cubre también las manifestaciones artísticas en general”.
La presentación de la obra estaba programada para el día 19 hasta el 21 de este mes, entre las 20 y las 23. Los creadores de Tertulia, Nicolás Varchausky y Eduardo Molinari, habían elegido esos días –lunes a miércoles– porque son “los de menor contaminación sonora y lumínica externa en el lugar”, según consta en el fallo. Pero con los tropiezos de las últimas jornadas, Tertulia se verá durante dos días, el viernes y el sábado próximos, desde las 21 hasta las 24. Esta es la cuarta intervención del proyecto Cruce, parte del V Festival Internacional de Buenos Aires, que transcurre hasta el día 25. La propuesta de Tertulia consiste en un recorrido por las tumbas de difuntos representativos del país. A través de sonidos e imágenes se relatan episodios históricos. Entre los 40 muertos visitados hay presidentes, dictadores, poetas y boxeadores. Habrá 60 vigiladores dispersos por la necrópolis.
El recurso de amparo fue presentado por los vecinos Juan José Cresto, Carlos Alberto Ortiz de Rozas, María Elisa De la Vega, Carlos Páez Garramuño, Susana Villanueva de Azzi, Angélica Bercetche, Lucía María Haubold de Carbi Sierra, Bety Nelly Andrés de Levingston, María Susana Rodríguez Iturriaga, Diego Jorge Herrera Vegas, Santiago Nazar Anchorena, Victoria Pueyrredón, Esteban Gálvez y Fernando María Soaje Pinto. Según ellos, Tertulia “contraría el espíritu de preceptos constitucionales, normas nacionales y decretos del Poder Ejecutivo Nacional”. El 14 de septiembre pasado, la jueza Lidia Lago dio lugar al pedido de suspensión. El viernes lo apeló la Secretaría de Cultura del gobierno porteño, que adjuntó “tres discos compactos que contienen el audio y las imágenes del evento, además de fotos de un espectáculo realizado en el Cementerio de la Recoleta en 2004, que contó con un numeroso auditorio, no fue cuestionado ni produjo daño alguno”.
Para permitir la instalación en el cementerio, la camarista consideró que “la determinación del carácter ilícito debe ser posterior a la exhibición, en un proceso en que el responsable pueda defenderse ampliamente”. También destacó que “muchos de los daños que pretenden evitarse con la medida cautelar son hipotéticos, y han sido desvirtuados por la prueba aportada por la parte demandada”.

Informe: Sebastián Ochoa.