Los ayudantes del sheriff de Wakeman (Estado de Ohio) rescataron a 11 niños que estaban encerrados en jaulas de un metro de alto por un metro de ancho. La pareja formada por Mike y Sharen Gravelle, de 56 y 57 años, respectivamente, tenía a los niños en adopción o en régimen de adaptación. “La impresión que tenemos es que consideran que lo que han hecho estaba bien”, dijo un portavoz del sheriff.
Los niños, con edades comprendidas entre 1 y 14, tenían diferentes discapacidades, como autismo o síndrome de alcoholismo fetal. Los Gravelle aseguraron que un psiquiatra les recomendó que los niños durmiesen en jaulas durante la noche. Las jaulas, de un metro de alto por un metro de ancho, estaban en habitaciones del segundo piso de la casa y disponían de alarmas que se activaban si los pequeños intentaban salir. Las puertas de las habitaciones a su vez eran bloqueadas con objetos pesados para que los niños no pudieran escapar. Los menores carecían de sábanas, mantas o almohadas.
Los niños fueron encontrados el pasado viernes cuando un investigador del servicio de menores se presentó en la casa de la familia, en las afueras de Wakeman, unos 80 kilómetros al oeste de Cleveland. Un equipo de policías rescataba a los niños poco tiempo después. Uno de los niños confesó a los agentes del sheriff que había dormido en esas condiciones al menos durante los últimos tres años. Una mujer que se identificó como la madre de Sharen Gravelle, pero que rechazó dar su nombre, aseguró que los niños eran “felices” y “queridos”. “Los niños han jugado, se han divertido y reído este año como no lo han hecho otros niños, y como nunca antes lo habían hecho”, dijo la mujer. Los menores ya han sido dados en adopción provisoria a cuatro familias de la zona. De momento no se ha presentado cargo alguno contra la pareja.
El agente Sommers, de la oficina del sheriff, manifestó que no había signos aparentes de que los niños hubieran sido golpeados o estuvieran malnutridos. Aun así, los 11 menores fueron enviados al hospital para un examen apenas fueron rescatados. “Los padres adoptivos consideraban que estaban protegiendo a los niños de ellos mismos y del mundo exterior”, relató el policía. “Los padres creían que había circunstancias para que los menores tuvieran que estar encerrados durante la noche”, añadió Sommers, pero no detalló de qué circunstancias se trataba.
En marzo de este año, una pareja que se había mudado de Ohio a Florida fue acusada de maltrato cuando se descubrió que su hijo adoptivo, un adolescente de 17 años, vivía permanentemente encerrado en una jaula. El menor pesaba poco más de 22 kilos en el momento en que fue encontrado. La jaula disponía de cadenas, esposas y un candado.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.