SOCIEDAD
AVION
Fueron tres horas de angustia, pero todo terminó bien. El piloto de un avión de la empresa estadounidense JetBlue, con 139 pasajeros y siete tripulantes a bordo, detectó a poco de despegar del aeropuerto de Burbank, en el norte de Los Angeles, que el tren de aterrizaje delantero tenía un desperfecto: la rueda quedó trabada en posición oblicua. Por eso, decidió desviar su ruta, que tenía como destino original la ciudad de Nueva York. Primero descargó combustible sobre el océano Pacífico y luego emprendió vuelo al aeropuerto internacional de Los Angeles, donde sobrevoló la ciudad durante tres horas para terminar de quemar combustible. Mientras tanto, en el aeropuerto se concentraban unos mil bomberos y cientos de socorristas. El angustiante vuelo del avión era filmado en directo por la televisión. Finalmente, el aterrizaje de emergencia fue un éxito: al posarse la nave, la rueda lanzó fuertes chispas y la estructura se consumió casi por completo debido a la fricción. A los pocos minutos, pasajeros y tripulación bajaban del avión, entre nerviosos y aliviados. El piloto, un héroe.