El chico había tenido que ir a la casa de un compañerito del primer año del colegio industrial a terminar unos trabajos de dibujo técnico. Pero no volvió a la casa de sus padres, en Villa Devoto. En lugar de eso, su padre, un obrero de la industria del plástico, recibió un llamado: era una voz masculina que le decía que, “si querés volver a ver con vida a tu chico, tenés que poner mil pesos”. “No tengo esa plata ni loco, pero quiero que me den con él para saber si lo tienen”, pidió el hombre. Entonces habló con el adolescente de 14 años. “Me tienen dos personas, estoy bien”, alcanzó a decirle y le cortaron. Era todo mentira. Ayer a la mañana, la policía lo encontró solo cuando llegaba a la casa de un amigo. Tardó media hora en contar que una mala relación con la mujer de su padre lo llevó al acting con el que se hizo famoso en su barrio.
El hombre creyó que su hijo había sido víctima de un secuestro express, y no lo dudó: hizo la denuncia en la comisaría 43ª. “Desplegamos a una treintena de hombres y durante la noche y la mañana se producen dos nuevos llamados que nos sacaron de los parámetros de los secuestros express porque se tardó demasiado. Además no era el hijo de un industrial”, dijo el comisario Carlos Basualdo, de la seccional de Devoto.
La policía sospechó a partir del testimonio de amigos y docentes del chico que hablaron de las malas relaciones familiares y de un conflicto con la segunda esposa del padre. Cuando lo encontraron ayer a la mañana, el muchachito dijo: “Recién me liberaron. La bicicleta me la metieron en el baúl, me tuvieron dando vueltas en auto”. “Espero que esto desaliente los autosecuestros”, pidió el comisario Basualdo. “Que no siga creciendo la psicosis”, resaltó.