SOCIEDAD
› EL EX TITULAR DE LA SIDE HUGO ANZORREGUY ESTUVO EN TRIBUNALES
El asesinato del chofer del Señor 5
El juez Baños le tomó declaración ayer al ex titular de la SIDE en la causa en que se investiga el homicidio de su chofer Daniel Rossini. Baños había archivado el tema y la Cámara le ordenó reabrirlo.
Por Irina Hauser y Raúl Kollmann
–¿Usted conocía a Daniel Rossini? –le preguntó el juez Alberto Baños al ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy.
–Sí, era mi chofer –respondió quien fuera el Señor 5, denominación con que se designa al titular de la central de espías.
–¿Conocía algo de la vida privada de Rossini? –insistieron en el juzgado.
–No, no era un hombre de mi confianza –remató Anzorreguy.
La presencia del ex titular de la SIDE en Tribunales responde a una de las causas más escabrosas en las que aparecen mezclados espías y policías federales: el asesinato de Rossini, chofer y guardaespaldas de Anzorreguy, a quien un grupo de desconocidos le metió siete balazos en el cuerpo. Cuando se produjo el homicidio, el 3 de agosto de 1999, distintas fuentes aseguraron que se trataba de un ajuste de cuentas entre policías federales y agentes de la SIDE por negocios vinculados a la prostitución y la droga. Exactamente un mes después, otro guardaespaldas de Anzorreguy, Jorge Castro, también fue acribillado.
Tal como lo reveló la investigación realizada por Página/12 en aquel momento, Rossini llevaba un tren de vida inexplicable para su nivel de ingresos como chofer, consumía cocaína y, además, había sufrido tres detenciones por parte de la Federal, lo cual implicaba –según los agentes de la SIDE– un virtual apriete.
De entrada la propia Policía Federal intentó instalar la teoría del robo, pero lo cierto es que Rossini tenía siete tiros de ametralladora, un arma que los ladrones no suelen usar. En el coche, un lujosísimo descapotable Megane de 40.000 dólares, sólo había un disparo. Por supuesto, siempre se creyó que Solange fue la entregadora en el crimen ya que fue ella la que llamó a Rossini a casa de su madre y lo citó de manera imprevista. Solange por entonces ejercía la prostitución y hacía bailes desnudistas en un pub, curiosamente también propiedad de un hombre de la SIDE.
Ayer, en el juzgado de Baños evaluaron que “el testimonio de Anzorreguy no sirvió para nada”. El ex Señor 5 sólo dijo que era su chofer y acompañante, pero que no estaba con él las 24 horas. “Llegó al puesto de chofer como pudo haber llegado a cualquier otro”, alegó Anzorreguy.
En realidad, el juez Baños ya había sobreseído la causa el año pasado. Según él no hay culpables ni sospechosos del asesinato. “Solange, para nosotros, sólo es una testigo. No nos parece que haya tenido nada que ver con la muerte de Rossini. Además, no hay ninguna prueba en la causa de que Rossini tuviera que ver con drogas”, repiten en el juzgado. O sea que la causa debe cerrarse porque no se consiguieron resultados en ninguna de las pistas. El sobreseimiento fue apelado por la fiscalía 33 y la Cámara de Apelaciones ordenó que continúe la investigación. Entre las medidas sugeridas por el Tribunal estuvo la de citar a Anzorreguy.
Por supuesto que en el juzgado le adjudican la responsabilidad por el fracaso de la pesquisa “al trabajo inicial que hizo la policía, concretamente la comisaría 10, que es la que intervino”. Por ejemplo, un oficial labró un acta señalando que había llegado de inmediato al lugar del asesinato, cuando se comprobó que en verdad llegó con dos horas de atraso. Tampoco se cercó el lugar ni se preservaron las vainas de los proyectiles como correspondía. Por esa razón se abrieron dos expedientes en el fuero correccional.
Sin embargo, lo cierto es que si las versiones indicaban que podía haber policías federales detrás del crimen no puede extrañar la lentitud y falta de prolijidad en la investigación de los uniformados. Es más, hay una cierta tradición en los enfrentamientos entre agentes de la SIDE y los jefes policiales por el negocio de la prostitución. Uno de los hechos quemás se recuerda es el del famoso prostíbulo Espartacus, protegido por hombres de la Federal y usado después por agentes de la SIDE para filmar y extorsionar a los clientes y a un juez. También un programa de investigación de Azul Televisión registró con cámaras ocultas el control de varios prostíbulos que ejercía un ex agente de la SIDE, Raúl Martins, mientras que otra pesquisa judicial arrasó con casi toda la cúpula de la Policía Metropolitana por sus vinculaciones con una enorme cantidad de prostíbulos.
En esas batallas entre agentes y policías es que Rossini terminó acribillado. Por ahora, la investigación no avanzó nada y los dichos de Anzorreguy parece que tampoco aportaron gran cosa.