La consigna es que los habitantes de la ciudad puedan apropiarse del puerto y de las áreas costeras, relegadas a pesar de tener un papel decisivo en la historia del país. Para que los porteños se apropien de esta zona es que se pensó Estudio Abierto 2005, una gran muestra de arte organizada por la Secretaría de Cultura porteña, que se inicia el jueves y que tendrá sus centros de atracción en el Apostadero Naval y en el Antiguo Hotel de Inmigrantes, en Retiro, y junto al Río de la Plata.
Estudio Abierto comenzó a realizarse en 2000, siempre en sitios emblemáticos porteños, como la confitería El Molino, el Palacio Barolo o las tiendas Harrods. Este año, la intención es otra. “Queremos volver a lugares poco conocidos, esos que no suelen ser visitados, para que los artistas los usen y muestren su obra”, señaló Silvia Fraje, subsecretaria de Patrimonio Cultural.
En esta oportunidad, se congregarán unos 300 artistas argentinos y de Uruguay, Chile, Canadá, Estados Unidos, Alemania y Estados Unidos, que expondrán pinturas, fotografías, esculturas, instalaciones, videos, música y, como novedad, habrá obras de diseño y arquitectura. La muestra se realizará entre el 24 de noviembre y el 4 de diciembre, desde las 14. De jueves a domingo cerrará a las 24. Los demás días, a las 21.
El principal punto de encuentro será el Apostadero Naval, ubicado en avenida Antártida Argentina al 1200, entre Puerto Madero y Retiro, donde varios galpones fueron acondicionados para exhibir las obras. Que se trata de un lugar poco visitado es seguro. El sitio quedó escondido por las modernas torres con paredes vidriadas, culpables de que no se puedan avistar los barcos desde la ciudad.
Llegar hasta ese lugar no es sencillo: lo mejor es tener como referencia el ex Hotel de Inmigrantes, que se encuentra unos doscientos metros hacia el Norte. Un poco más allá está la Dirección de Migraciones.
El río y el horizonte es la temática alrededor de la cual girarán las obras. “Todos los artistas que se presentan trabajaron de algún modo el tema del río, la ciudad y el horizonte”, contó Ana María Battistozzi, directora de Estudio Abierto. El Río de la Plata es objeto de las más variadas miradas e interpretaciones. “Algunos pintores plantean a la llanura como una continuación del río, con la ciudad como única irrupción en el paisaje”, dice Battistozzi.
Desde otra óptica, una de las obras, llamada El río en la sangre, de Marcia Schvartz, consta de una serie de xerigrafías en las que de las aguas afloran restos humanos, aquellos que habían sido arrojados desde los aviones de los vuelos de la muerte.
Otros artistas plantean una visión crítica del desarrollo arquitectónico de la zona costera. Es el caso de Alejandro Somaschini, que con una muestra de diapositivas que se enfrentan entre sí, se queja por la construcción de edificios en una carrera por buscar siempre el horizonte, pero que finalmente terminan obstruyéndose unos a otros.
Un dúo de artistas estadounidenses dispondrá Scatter Boats –Botes Desparramados, en español– una instalación que reúne de forma desordenada restos de pequeñas embarcaciones de madera rescatadas de los desperdicios del astillero de Río Santiago. “El objetivo es recordar que hubo miles de personas que se atrevieron a llegar a estas tierras en naves similares”, explicó Dan Havel, una de las creadoras.
Parte de las obras estarán en el hotel que solían ocupar los inmigrantes recién llegados. Allí habrá una instalación de Inés Fontella: un amplio espacio blanco con valijas distribuidas, de las que caen palabras que forman “aquellas frases que nos persiguen a todas partes”; otras de las que aflora la luz del porvenir y alguna de la que brotan las cenizas de lo que quedó atrás.