Mié 23.11.2005

SOCIEDAD

“No se sientan con el peso de nada, ustedes fueron generosos con ella”

El padre de una de las chicas fallecidas les pidió a los compañeros de su hija, que le habían pagado el viaje, que eso “no tiene que ser una carga para ustedes”. Los chicos despidieron a sus tres compañeras muertas. En San Rafael, el chofer del micro se negó a declarar.

Con un aerosol, fijaron los tres nombres en remeras blancas: “Nadia. Dulce. Lucky”. Los compañeros de las chicas fallecidas en un vuelco en Mendoza también escribieron esas palabras en algunas de las camperas que los identificaron como egresados durante este año. Poco después, partían hacia el cementerio de Guernica junto a cientos de vecinos que se sumaron para despedir los restos de las jóvenes. “No se sientan con el peso de nada”, les pidió a los chicos el padre de Dulce, la adolescente a quien sus compañeros le habían regalado el viaje porque no podía pagarlo. En tanto, en San Rafael, el chofer que conducía el micro se negó a prestar declaración ante el fiscal y podría recobrar la libertad entre hoy y mañana.
A la iglesia Cristo Rey, en Guernica, llegaron cientos de vecinos, familiares y docentes de Nadia Páez, Dulce Paz Ayala y Lucrecia Sánchez. Desde el lunes por la tarde, allí se velaron los restos de las chicas que murieron el domingo, luego de que volcara el micro que trasladaba al contingente de egresados a la localidad mendocina de San Rafael. Los bancos de la iglesia fueron quitados a fin de permitir que una mayor cantidad de personas pudiera seguir la misa.
Hugo Paz, el papá de Dulce, se dirigió a los chicos que le habían regalado el viaje a su hija vendiendo rifas. “Hijitos: ustedes fueron generosos y le pagaron (a Dulce) el viaje de egresados porque nosotros no podíamos.” Frente a los periodistas, el padre expresó: “Eso de ninguna manera tiene que transformarse en una carga para ustedes. Esto fue una desgracia, una desgracia que hace posible que hoy yo pueda estar expresando lo que pienso, lo que creo”, dijo, conmovido.
El papá de Dulce también afirmó: “Creo en Dios, creo en este país, y creo que hay gente que puede hacer muchas cosas para que cambie para bien. Les agradezco que hayan querido a mi hija como quisieron a sus amigas, a Lucrecia y a Nadia, y que vivan en paz”, dijo el hombre. “No es necesario que ocurran desgracias para que quienes puedan cambiar algo lo hagan”, agregó. Poco después de las 10, los restos de las tres chicas fueron trasladados hasta el cementerio municipal.
Mientras tanto, en San Rafael, continuaba la investigación del origen del accidente. Ayer se negó a declarar Sebastián Marinelli, quien manejaba el micro accidentado. El chofer, de 30 años, está detenido en la comisaría 38. Según informó el comisario Carlos Morales, “no quiso cenar” y “estaba en mal estado anímico”. De allí lo trasladaron a los tribunales provinciales de San Rafael, una localidad ubicada 232 kilómetros al sur de la capital mendocina. Lo escoltaban dos mujeres policías y el abogado de la compañía de Seguros Rivadavia, que atiende a la empresa de transportes turísticos Esmimar, la firma que es dueña del micro que volcó.
El secretario del fiscal Daniel Gil, titular de la Primera Fiscalía Correccional de San Rafael, informó que Marinelli no declaró y continúa imputado por el delito de “homicidio culposo agravado y lesiones graves en concurso ideal”. Asimismo, indicó que el chofer permanecerá detenido “hasta que se terminen los peritajes y se consigan sus antecedentes penales”. Las pericias están a cargo de la policía científica.
César Gutiérrez Urquiza, abogado de Marinelli, afirmó que “por el momento va a seguir detenido hasta que se resuelva su situación procesal”. El defensor aclaró que “el hecho de que se haya abstenido de declarar y que continúe detenido no implica presumir culpas en su contra”.
Por ahora, los resultados de las pericias están bajo secreto de sumario. Sin embargo, el director de Defensa Civil, Pedro Hauser, arriesgó que el hombre “venía a gran velocidad y se tragó la curva”. Marinelli “dio un volantazo, ya que no hay marcas de frenada previa, sino que lo único que se ve son las señas de los neumáticos derrapando”, dijo Hauser.
Ante los medios, Hauser aseguró que el colectivo “venía solo. No hubo ningún perro o vehículo que lo interfiriera”. Y especuló con que el chofer “habría ido charlando con otra persona, quizás no vio la señal de tránsito y la curva lo sorprendió”.

Informe: Daniela Bordón.

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