Por Javier Sampedro *

El científico coreano Woo-suk Hwang, pionero de la clonación terapéutica, dimitió ayer del Centro Mundial de Células Madre, un servicio de clonación para laboratorios de otros países fundado el mes pasado en Seúl. Hwang, que ganó la carrera de la clonación gracias a que dispuso de 242 óvulos de 16 mujeres, reconoció ayer que dos de ellas eran sus becarias. El escándalo lo ha convertido en un tabú para sus socios estadounidenses.
“Siento mucho tener que pronunciar en público palabras horribles y vergonzosas”, dijo Hwang an. “He estado tan concentrado en las investigaciones que no he reparado en todos los asuntos éticos relacionados con ellas. Pido perdón por las molestias causadas en Corea y el extranjero.”
Hwang sorprendió al mundo en febrero de 2004, cuando presentó las primeras clonaciones de embriones humanos y las primeras células madre derivadas de ellos. Ayer reconoció que, entre las 16 mujeres que donaron óvulos para ese trabajo, se hallaban dos de sus becarias. El consenso bioético internacional es que los jefes de laboratorio no deben usar materiales donados por sus subordinados, para evitar que éstos puedan sentirse presionados. El Ministerio de Sanidad coreano aseguró, sin embargo, que las becarias donaron sus óvulos de forma voluntaria y desinteresada.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.