SOCIEDAD › EN LINIERS, UN RAYO QUEMO DECENAS DE TELEVISORES
La descarga eléctrica se habría desplazado por los cables de las empresas de cable y dañó sólo televisores, videos y Playstations. Cómo ingresa la descarga. Las normas y los pararrayos.
› Por Pedro Lipcovich
Un rayo misterioso hizo nido en más de medio centenar de televisores, computadoras y Playstations de dos altos edificios en el barrio de Liniers. El fenómeno tuvo lugar durante la tormenta del domingo pasado, y los datos disponibles indicarían que la descarga eléctrica se desplazó por los videocables, arruinando los artefactos conectados con ellos. Los vecinos canalizaron sus reclamos hacia las compañías de videocable: por lo menos una de ellas negó toda involucración. Además, el incidente –que en este caso no causó víctimas– replantea la importancia del “olvidado pararrayos”, según lo denomina una arquitecta: los edificios afectados no contarían con el más que bicentenario dispositivo. Sin embargo, según aclaró un especialista, aun con pararrayos pueden producirse descargas que afecten a los electrodomésticos: hay aparatos, llamados “descargadores”, capaces de eliminar el riesgo sobre los artefactos, pero no son baratos y habría que instalar hasta tres en cada departamento.
“Hubo un relámpago y el televisor prácticamente explotó; fue el único aparato que se quemó –contó Fausto Arellano, vecino del edificio de Fonrouge 44, barrio de Liniers–. Eran las siete de la tarde del domingo.” La señora Ana, desde el 4º B del mismo edificio, aportó datos significativos: “Teníamos el lavarropas encendido y no se quemó, tampoco la heladera; pero sí los dos televisores y la Playstation, conectada a un televisor. Otros vecinos llamaron a Telecentro y dijeron que el lunes van a venir. Hace varios años pasó lo mismo y la empresa me entregó un televisor nuevo”. Cablevisión, por su parte, comunicó que la empresa “tiene todas las instalaciones de seguridad (por ejemplo, jabalinas) en su red para evitar situaciones como la que ocurrió en Liniers: por lo tanto esta situación es ajena a la compañía”.
Sin embargo, “las jabalinas están destinadas a proteger los equipos de las compañías de cable, no los de los usuarios”, observó Eduardo Gianatelli, especialista en temas de electrotecnia, luego de aclarar que las jabalinas son varillas de metal “que se hincan en el suelo, concretando la descarga a tierra”. Según Gianatelli, “incluso puede suceder que un rayo caiga en la calle y se introduzca en un cable subterráneo de luz o teléfono para entrar así en un edificio”.
La solución definitiva, de acuerdo con el especialista, es instalar “descargadores”. Estos dispositivos “van conectados a tierra y logran que, aun cuando un rayo entrara en la línea, los aparatos del usuario queden a salvo”. Claro que, para lograr protección completa, “habría que poner un descargador en el tablero de entrada de luz, otro en la entrada de teléfono y otro en la del cable”. Esto eleva los costos y, de hecho, “no suele hacerse en instalaciones domiciliarias”.
En cualquier caso, estos recursos de protección no suplantan lo que un trabajo de Valeria Nerpiti –especialista en arquitectura pericial– denomina “el olvidado pararrayos”. La autora estima que “en arquitectura se ha dejado de lado la protección contra la caída de un rayo. Consideraciones económicas hacen que no sea incorporado el pararrayos en el presupuesto y en el diseño”. Sin embargo, “el pararrayos es necesario y obligatorio en espacios como los shoppings, supermercados o cines, ya que es responsabilidad de los profesionales y de los propietarios proteger la vida de las personas”. Y en las viviendas, “colocar un tanque de acero a la intemperie sin estudiar la necesidad de un pararrayos puede ocasionar el recorrido de la descarga por cañerías de agua, luz y gas”.
Adrián Irurzun, meteorólogo de la Dirección de Defensa Civil de la Ciudad de Buenos Aires, agregó que “los rayos pueden caer en antenas en las azoteas de edificios altos; un edificio que sobrepase la altura de los que lo rodean debiera tener pararrayos”. El Código de Edificación porteño establece que “la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro indicará en cada caso la necesidad de instalar pararrayos en obras que, por su altura o sus especiales características, sean susceptibles de ser dañadas por descargas eléctricas atmosféricas”.
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