A las salas ya remodeladas se agregan los arreglos de la calle interna, una entrada por Pueyrredón y el acceso público a las terrazas. Todo bajo la batuta del arquitecto Clorindo Testa.
Tradición e innovación son los dos conceptos centrales para el presente del Centro Cultural Recoleta, donde comenzaron a efectuarse obras de renovación que conservarán el espíritu del lugar y su valor histórico. De este modo, se mejorarán las salas, los accesos, los patios y terrazas y se revalorizarán las calles interiores. La realización de estas obras coincide con el aniversario número 25 del Centro y son la mayor inversión en infraestructura cultural de los últimos 45 años en la ciudad de Buenos Aires, con alrededor de 3 millones de pesos, afirma el secretario de Cultura porteño, Gustavo López. Para la obra se convocó a uno de los autores originales, Clorindo Testa, quien dejó inaugurado un mural diseñado sobre una empalizada situada en el Patio de los Tilos. Las obras tardarán alrededor de nueve meses pero durante ese período el espacio cultural, que recibe mensualmente 100 mil personas, no cerrará sus puertas.
El Centro Cultural Recoleta renovará y actualizará sus instalaciones manteniendo el carácter original que se propuso en 1980. “Estas son obras de intervención puntual. Lo importante es que se conserva el edificio, se lo realza y se lo recicla en el tiempo. Lo que se hace es una redistribución de las instalaciones”, señaló a Página/12 el director de la obra y miembro del estudio de Clorindo Testa, Juan Fontana.
La empalizada hecha por el artista tiene alrededor de 20 metros. “Tiene el sello del autor de esta obra y, en lugar de que fuera como las que habitualmente se colocan para ocultar las tareas, hace más amigable la construcción”, indicó la subsecretaria de Patrimonio Cultural, Silvia Fajre, quien ayer recorrió la remodelación junto al secretario de Cultura y al vicejefe de Gobierno a cargo del Ejecutivo, Jorge Telerman.
En una primera etapa, el Centro Cultural comenzó la tarea de poner en valor sus salas de exposición: fueron refaccionadas las salas Cronopios, Prometeus, las J y C, y las 4, 5 y 6, 7, 8, 9 y 10, con pisos nuevos, sistema de iluminación y aire acondicionado. También se construyeron camarines y sanitarios para público.
El director general de Infraestructura, Alvaro Arrese, explicó que con las obras que comenzaron en diciembre en la Calle de los Tilos “se va a acceder a la avenida Pueyrredón (paralela a Junín, donde está la entrada al centro), lo que permitirá que el Centro Cultural tenga dos entradas y “una calle urbana” en su interior. Además se recuperarán las terrazas instalando barandas de manera que puedan ser visitada por el público.
En el lugar que ahora ocupa el Centro Cultural Recoleta hubo un hotel de inmigrantes, un hospicio y un hogar para indigentes, hasta que en 1978 la municipalidad les encargó a los arquitectos y artistas plásticos Clorindo Testa, Luis Benedit y Jacques Bedel el diseño de un centro cultural. En febrero de 1981 comenzaron a desarrollarse las actividades.
Informe: M. Sol Wasylyk Fedyszak
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