Vie 27.01.2006

SOCIEDAD  › CLAUSURAN UN LOCAL EN BELGRANO CON MASCOTAS RARAS

Serpientes en el consorcio

No todas las personas consideran al perro como el mejor amigo del hombre. Ni todos los demás prefieren un travieso gatito como compañía en el hogar. Algunos sienten atracción por otros animales a los que, aunque exóticos, también los consideran “domésticos”: largas serpientes o rugosas lagartijas conforman sus preferencias. Un local que vende estos poco comunes animalitos en el barrio de Belgrano deberá cerrar sus puertas si se cumple una orden de la Justicia civil porteña que sostiene que los olores provenientes del negocio molestan a los vecinos de un edificio cercano y que esos animalitos “domésticos” pueden representar un peligro. En El Insomnio de la Iguana (así se llama el local) afirman que no hay malos olores y que la mercadería, es decir los reptiles, no pueden escapar. Para ellos, la denuncia responde a alguna “superstición” de los vecinos.

El Insomnio de la Iguana, ubicado en Vuelta de Obligado 2270, es desde hace unos tres años el local de venta de mascotas blanco de las quejas de algunos de los habitantes de un edificio ubicado a un comercio de por medio. En las peceras de El Insomnio pasan sus días, hasta que son adquiridos por un dueño, pequeñas culebras, peces de colores e iguanas de portes diversos.

“Vendemos todos animales inofensivos y con la autorización de la Dirección de Fauna, que es la que permite la importación de cada ejemplar. Además, a cada cliente le explicamos cómo cuidarlos, porque en otros lugares, con tal de vender un bicho, no les dicen cómo tienen que tratarlos”, comentó a Página/12 Claudia, mientras de una de las peceras sacaba un pez telescópico negro que nadará en aguas nuevas.

Pero, según el fallo de la sala G de la Cámara Civil, el local debe cerrar debido a “las enfermedades propias de las especies, tanto como que los reptiles y roedores son especialmente escurridizos, debido a sus hábitos y características anatómicas”. Los jueces tuvieron en cuenta que un escribano que concurrió al edificio pudo advertir “el fuerte y nauseabundo olor que existía en el lugar”, que ayer de todos modos no se percibía.

La Cámara también señala que en una oportunidad un vecino encontró una piel de serpiente, que la cambian con cierta frecuencia, en la puerta de entrada. “Pero no se nos escapó a nosotros, porque son costosas, pudo haber sido de otro vecino. Y no son venenosas, es más peligroso un perro pitbull”, indicó Ariel Pityla, pareja de la dueña de El Insomnio.

“Es injusto, hace ocho años que estamos acá, tenemos todas las habilitaciones y porque alguien es supersticioso o no le gustan estos animales nos tenemos que ir y nos dejan sin trabajo. Si hasta llegaron a decir que desde que estamos nosotros no les alcanzaba la plata para pagar las expensas”, se quejó.

“Por lo pronto buscaremos trasladar a los animales, pero es como si quisieran cerrar una heladería porque los vecinos son diabéticos”, comparó.

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