SOCIEDAD
› LOS OBISPOS ANTE LAS VICTIMAS DE ABUSOS EN EE.UU.
“Dejó una cicatriz en mi alma”
Los tuvieron frente a frente para pedirles perdón. Los obispos de Estados Unidos, reunidos en la Conferencia Episcopal de Dallas, se enfrentaron ayer con varias personas que fueron víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes. “La Iglesia Católica de Estados Unidos atraviesa una crisis muy grave, tal vez la más grave que hayamos conocido –dijo el presidente de la Conferencia, Wilton Gregory–. En mi nombre y el de todos los obispos, le expreso a cada uno de los que entre ustedes sufrió abusos sexuales por parte de un sacerdote u otro miembro de la Iglesia nuestro pedido de profundas disculpas.”
Con lágrimas en los ojos, una de las víctimas, Craig Martin, relató a la audiencia de cerca de 300 obispos congregados su traumática experiencia. En un discurso transmitido en directo por las principales cadenas de televisión, Martin evitó utilizar su nombre al narrar la historia. Como un mecanismo para contener la emoción, utilizó el genérico “John Doe” al referirse al protagonista de los traumáticos hechos, sucedidos 35 años atrás y que, según dijo, lo condujeron al alcoholismo y a la depresión. “El crimen dejó una cicatriz muy profunda en mi alma”, dijo a su vez Paula González, una mujer de Alaska que contó con todo detalle cómo un seminarista, al que su madre acogió en casa y trató “como a un hijo”, abusó de ella cuando era menor de edad, ordenándole que ocultase todo de su familia. González contó que los hechos habían arruinado su adolescencia y le habían provocado una depresión crónica con tendencias suicidas.
Además de Martin y González, otras dos víctimas relataron públicamente sus historias en esta reunión, donde los obispos establecerán una política nacional para poner fin al escándalo. Pero además, otras 20 personas se reunieron con los obispos a puerta cerrada para dar cuenta de sus dolorosas experiencias. Reclamaron la imposición de la política de “tolerancia cero”, que requeriría que cualquier sacerdote que haya abusado de menores sea expulsado de la Iglesia Católica.