La situación judicial de los cinco detenidos por el robo a las cajas de seguridad del Banco Río de Acassuso fue definida ayer. Cuatro de ellos fueron procesados, incluido el supuesto jefe de la banda. Aunque a uno de ellos, quien según se cree participó en las tareas de ingeniería para la construcción del túnel de escape, no se le dictó la prisión preventiva regular, sino una alternativa que le permitirá estar vigilado pero fuera de prisión. La quinta detenida, la pareja no oficial del primer apresado, Rubén Alberto de la Torre, se benefició con la falta de mérito. La misma buena noticia recibió el hijo del Beto, quien estaba preso por tenencia de armas de guerra y resistencia a la autoridad, y que en su casa guardaba lo que podría ser parte del botín. Los fiscales lo acusan de formar parte de la banda, pero ni el juez ni la Cámara comparten el criterio. Su situación ahora está en manos de la Cámara de Casación.

Los cinco detenidos por el robo al Banco Río el 13 de enero pasado eran Rubén Alberto de la Torre, Silvia Liliana Fernández, Sebastián “el Ingeniero” García Bolster, Mario “el Uruguayo” Vitette Sellanes y José Julián Zallo Echevarría. A Fernández, el juez de Garantías Rafael Sal Lari le dictó la falta de mérito, mientras que los investigadores creen que participó como campana durante el robo. Con prisión preventiva fueron procesados De la Torre, Vitette Sellanes y Zallo Echevarría. Y con prisión preventiva alternativa, García Bolster.

Sobre los cuatro imputados recae la larga acusación de “robo agravado por el uso de armas de las que no se puede acreditar su aptitud y por la actividad de dos o más personas”. La cuestión de las armas tiene que ver con que el robo se realizó sin disparar un solo tiro y con que las armas secuestradas dentro del banco son réplicas que no podían ser disparadas. ¿Y qué pasa con las obtenidas en los allanamientos? Pues simplemente no se pudo constatar que se hayan usado en el asalto. Los fiscales Jorge Apolo, Eduardo Vaiani, Duilio Cámpora y Fabián Brahim querían que también se los procesara por “privación ilegal de la libertad”, pero el pedido fue desestimado por Sal Lari.

El que parece correr con ventaja es el “ingeniero” García Bolster, quien sería responsable del túnel para la huida. El juez lo benefició con una prisión preventiva alternativa o morigerada, porque no posee antecedentes penales: posiblemente tendrá una pulsera o un elemento similar para ser seguido satelitalmente.

Distinto es el caso de Gastón de la Torre, hijo de Alberto. A pesar de que los fiscales lo quieren preso, el juez se los negó una y otra vez por no encontrar pruebas suficientes. Apenas si se mantenía en una celda por otros motivos: resistencia a la autoridad y tenencia de arma de guerra. Según informaron sus abogados, dejará la cárcel de Ezeiza porque presentó documentos emitidos por el Renar en los que se lo autoriza para la tenencia de las dos pistolas nueve milímetros y las municiones que la policía encontró en su casa del barrio de Flores.

Esa casa fue allanada el día después de la detención de su padre. Allí, se encontraron casi un millón de dólares y joyas que podrían pertenecer al botín. Su esposa siempre sostuvo que Gastón no estuvo relacionado con el robo y que lo que la policía encontró en la casa había sido dejado por Alberto. Pero eso no es todo. En la vivienda también estaba guardada la llave que abre una caja de seguridad de la sucursal Once del Banco Provincia. Otros 80 mil dólares estaban asegurados ahí.

Los fiscales liderados por Jorge Apolo consideran que Gastón fue uno de los que entró armado al banco. A Sal Lari las pruebas no le alcanzaron para incluirlo en la causa y tras las apelaciones será la Cámara de Casación la que tenga la última palabra. Al menos por ahora.