El fallo no fue unánime. La presidenta del Tribunal, Andrea Celia Bearzi, coincidió con el fiscal en que debería ser considerado “homicidio con dolo eventual”, pero primó la posición de sus pares Alejandro Rodríguez Rey y Marcos Lisa, quienes encuadraron el caso como “homicidio culposo”. El acusado, además, quedó inhabilitado para conducir vehículos de todo tipo por el término de nueve años, cuya pena máxima es de diez.

En su alegato, el fiscal Marcelo Varona Quintian había considerado que Aldao actuó con dolo eventual, es decir que debió haber previsto que con su actitud podría haber causado la muerte de una persona. El abogado de las familias de las víctimas, Horacio Rodríguez, se había sumado al pedido del fiscal.

El representante del Ministerio Público se basó en las declaraciones de testigos, que dijeron que el Fiat Uno de Aldao iba a alta velocidad, y por el estruendo ocasionado por el golpe que, según narraron, hizo volar a las dos chicas a más de tres metros de altura.

Sin embargo, los jueces recogieron en su fallo el planteo del abogado Rodolfo Babington, defensor de Aldao, que había pedido que le aplicaran la figura penal de “homicidio culposo”, delito para el que el Código Penal prevé de seis meses a cinco años de cárcel.

Alrededor de las 12.30, el secretario del Tribunal Oral en lo Criminal 6 de Morón, compuesto por los jueces Andrea Celia Bearzi, Alejandro Rodríguez Rey y Marcos Lisa, comenzó a leer los argumentos en los que se basaron los magistrados para dictar la condena, después de 12 días de juicio.

En la sala de la Unidad Penitenciaria de Ituzaingó, donde se llevó a cabo la audiencia final, según fuentes cercanas al caso por “cuestiones de espacio y de seguridad”, había unas 40 personas, entre periodistas, algunos integrantes de la Red Nacional de Accidentes de Tránsito, y familiares directos de Fanny y de Natalia, quien estaba sentada en la primera fila. El acusado, Cristian Ariel Aldao, prefirió no estar presente en la sala.

Una hora y 15 minutos fue lo que tardó el tribunal en dar a conocer el veredicto final. Hasta ese momento todo estaba tranquilo, pero cuando se leyó finalmente la parte resolutoria de la sentencia, y se determinó que Aldao es culpable del homicidio sin intencionalidad de Gloria Estefanía Domínguez y de lesiones culposas a Natalia Becerra, amiga de la víctima mortal, comenzó el escándalo.

Al momento de conocer el fallo, Natalia, apoyada en el andador blanco que debe usar por un tiempo tras las operaciones a las que fue sometida después del hecho, se largó a llorar, al igual que Verónica, una de las tres hermanas de la víctima fatal.

“Esto es una agresión que recibimos los familiares de Fanny. En cuatro años va a salir a matar otra vez”, se quejó a los gritos Gloria Lima, la mamá de la chica fallecida, mientras se abrazaba a su marido, Jorge Domínguez. “Había muchas pruebas, no se puede creer este fallo”, acusó Ricardo, cuñado de Fanny.

En tanto, el abogado de las familias de las víctimas, Horacio Rodríguez, se mostró “sorprendido” por el fallo y anunció que se recurrirá al Tribunal de Casación de la provincia de Buenos Aires. “Lo que menos pensamos es que podría existir una condena por homicidio culposo, tal como venía la causa. Vamos a seguir hasta las últimas instancias y pensamos que se va a revertir”, apuntó.

Afuera, familiares de otras víctimas de accidentes tránsito, descontentos con el fallo del Tribunal, agarraron a golpes y patadas la puerta de chapa verde que da a una antesala del lugar donde se llevó a cabo la audiencia, e insultaron a los jueces y al acusado.

“Estos jueces son tan ineptos que hay que sacarlos de la Justicia. Acá falló la moral y la ética de los jueces. ¡Condena a los jueces!”, gritó Gloria. “Me siento igual que el día que velaron a mi hermana”, acotó Verónica a Página/12, una de las tres hermanas de Fanny.

Por su parte, Jorge, papá de la víctima fatal, consideró que “estos fallos dan carta blanca a matar con un auto, es una carta blanca a la impunidad”. “Mientras tengamos esta Justicia de mano blanda esto va a seguir ocurriendo. Nos trajeron a la Penitenciaría, acá al medio del campo, porque en otro lugar no podían dar este fallo vergonzoso”, protestó. “Cuando nos dijeron que leerían la sentencia en un lugar como éste ya sabíamos qué iba a pasar”, agregó a este diario.

El hecho ocurrió alrededor de las 7 del 25 de diciembre de 2004, cuando las chicas atropelladas y otros tres amigos volvían a sus casas tras celebrar la Navidad en un bar de la zona. Cuando intentaban cruzar la calle en Defensa y Güemes, de Haedo, fueron embestidas por un auto Fiat Uno conducido por Aldao, quien, según testigos, corría una picada con otros dos vehículos.

Informe: Luciano Zampa.