Las pericias en el caso Matías se encaminan a una hipótesis nueva, según pudo saber Página/12: que el chico murió por asfixia provocada por un factor externo. Mañana dictamina la junta médica.
› Por Raúl Kollmann
La junta médica que diagnosticará las razones de la muerte de Matías Bragagnolo, el chico muerto en Palermo el 9 de abril pasado, se reunirá mañana a las 14 en la Morgue Judicial. Según los datos recogidos por este diario, existe un criterio unánime de que Matías habría muerto por asfixia mecánica, es decir que por alguna razón le impidieron respirar. En la mira entra el policía que estaba en el palier del edificio y que actuó ante la pelea de los jóvenes. Una hipótesis es que le aplicó una presa de cuello, que es como se reduce a veces a una persona agarrándola con el brazo desde atrás. Sin embargo, los testimonios sobre esa acción no son coincidentes e incluso están los que dicen que Luis Villegas, el policía, no tomó a Matías por el cuello. En todo caso, el efectivo no habría actuado de esa manera con intención de producir la muerte o siquiera un daño importante a la víctima. El diagnóstico abrirá un debate sobre cómo se produjo la asfixia.
Las conclusiones surgirán de los estudios hechos por peritos oficiales y de parte, incluyendo análisis toxicológicos y anatomopatológicos que son complementarios a la autopsia que se hace inicialmente sobre el cuerpo. En este caso, esos estudios se hicieron después de la segunda autopsia, tras la exhumación del cuerpo de Matías. En la primera junta médica, todos los peritos coincidieron con el informe que hizo el forense oficial, Fernando Trezza, que hizo la autopsia original y determinó que la muerte del joven no se produjo por golpes. Esta era una sospecha que existía porque, como se sabe, Matías tuvo un enfrentamiento con varios adolescentes que terminaron corriéndolo hasta el palier del edificio ubicado en Ortiz de Ocampo 2882.
Descartados los golpes, las razones de la muerte debían buscarse en los estudios complementarios que ya en su momento fueron ordenados por Trezza, pero que la jueza María Teresa Salgueiro dispuso retrasar un poco para que pudieran tener la supervisión del perito de la familia Bragagnolo, Avelino Baratta, de los especialistas designados por las familias de los adolescentes, Gustavo Bursztyn y Mariano Castex, y todos ellos coordinados por el forense designado por la jueza, Osvaldo Curci, y el propio Fernando Trezza, que hizo la primera autopsia.
De acuerdo con los datos que pudo recopilar Página/12, la asfixia mecánica puede producirse por las siguientes razones:
- Estrangulamiento, algo que no ocurrió en el caso Matías.
- La presa de cuello, que es la toma que suelen usar policías para reducir a personas desde atrás, pasándole el brazo por el cuello. Es una acción que no deja rastro porque el brazo juega como una especie de colchón. Por eso no se percibe en la primera autopsia, sino en los estudios complementarios del pulmón, el corazón y otras vísceras.
- La asfixia se puede producir por una tremenda compresión del tórax, algo que tampoco ocurrió en el caso Matías.
- La última alternativa posible es que alguien le haya impedido respirar tapándole la boca o la nariz.
Aquí entra a jugar otro elemento decisivo que surgió de los estudios complementarios: desde el punto de vista forense, todo el drama se produjo dentro del palier. Sucede que en los estudios del pulmón se detectó un importante efisema pulmonar, lo que lleva a la conclusión de que Matías no podría haber corrido con ese efisema. Por lo tanto, el efisema y la asfixia se produjeron dentro del palier y no durante la pelea o la persecución, según explicaron los especialistas a este diario.
“A partir de ese punto, el enigma ya no es un problema forense sino que la resolución pasa por los testimonios, por lo que vieron los protagonistas y testigos de lo ocurrido esa noche”, razonó uno de los forenses más prestigiosos del país. Los interrogantes que se abren son los siguientes:
- ¿El policía Luis Villegas agarró a Matías por atrás y le aplicó la presa de cuello? El dice que no y la jueza parecería convencida de que el efectivo no agarró al joven por el cuello porque no le hizo ninguna imputación que vaya en ese sentido. Lo acusó de incumplimiento de los deberes de funcionario público. Según parece, en el expediente se menciona que Villegas le separó las piernas con cierta violencia, que actuó con impericia, y que más bien agarró a Matías de la ropa, no del cuello. Pero el diagnóstico llevará ahora a revisar todos los testimonios.
- Un conocido médico emergentólogo, que trabajó durante décadas en esa especialidad, sostuvo ante este diario una teoría asombrosa: “Existe experiencia internacional de que un boca a boca mal hecho, o sea una técnica de resucitación mal aplicada, puede producir asfixia, pero no es habitual para nada”. Como se recordará, algunos de los adolescentes que se trenzaron con Matías, ya dentro del palier y cuando vieron que se descompuso, intentaron reanimarlo.
Cuando se están por cumplir dos meses de aquel 9 de abril en que se produjo la tragedia, la muerte de Matías parece un misterio que no es fácil develar. No hay rastros de golpes, no tendría una lesión cardíaca congénita como se pensó en algún momento, los análisis toxicológicos sólo habrían dado una mínima cantidad de café y nada de alcohol o de otra droga. Lo que quedaría después de tanta polémica es un concepto, asfixia mecánica, pero sin determinarse hasta ahora cómo se produjo. La jueza es la que tendrá la palabra.
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