En diez hospitales porteños comenzarán a funcionar en poco tiempo otros tantos servicios de salud mental, tanto de guardia como de internación. Serán en total cien camas destinadas a esas patologías, en una primera etapa, que apunta a que los pacientes con este tipo de problemas sean derivados a los hospitales psiquiátricos. Lo anunció ayer a Página/12 el flamante ministro de Salud porteño, Alberto De Micheli. La medida se adopta para “enfrentar una cuestión epidémica con la salud mental”, que se manifiesta en la cada vez mayor presencia en las guardias hospitalarias de “jóvenes con problemas de agresiones, adicciones a las drogas y al alcohol, violaciones e intentos de suicidio”. De Micheli ratificó que en los hospitales porteños no es necesario pedir autorización judicial para realizar una ligadura de trompas de Falopio o una vasectomía. “Sé que hay médicos que siguen pidiendo autorización al juez. Pero todos los servicios hospitalarios de la ciudad tienen instrucción de poder hacer anticoncepción quirúrgica, con el requisito del consentimiento informado”, aseguró.

Antes de llegar al más alto cargo del ministerio, De Micheli fue director de la Casa Cuna y del Hospital Tornú. Hace dos semanas reemplazó a Donato Spaccavento en el primer recambio que realizó Jorge Telerman en el gabinete porteño. La creación de servicios de salud mental en diez hospitales es uno de los cuatro ejes del programa que De Micheli diseñó para los 18 meses que le quedan de gestión. “Hemos seleccionado lineamientos que tengan que ver con esos plazos y que además puedan ser medibles”, explicó. Los ejes son los siguientes:

- El acceso a las prestaciones de salud de personas con Necesidades Básicas Insatisfechas, que son 80 mil jefes de hogar y 400 mil personas. “La mitad de esta población está siendo atendida por nuestros médicos de cabecera, centros de salud y hospitales. La otra mitad no nos consta que se atienda, o por ahí sólo se atiende cuando está enfermo.”

- La implementación del hospital vespertino, para descongestionar de pacientes el turno de la mañana. Con ese fin, el personal que se incorpore de aquí en más va a ser para el turno vespertino. Habrá médicos, enfermeras, técnicos de diagnóstico por imágenes y personal administrativo.

- Resolver el tema de los turnos quirúrgicos, ya que hoy la cirugía oncológica y la de emergencia va ocupando la capacidad quirúrgica de los hospitales, dejando de lado las cirugías programadas.

- El cuarto eje tiene que ver con salud mental. “En los hospitales públicos y en todo el sistema de salud enfrentamos una cuestión epidémica con la salud mental. Las guardias hospitalarias amanecen con un número muy importante de pacientes, muchos de ellos muy jóvenes, con problemas de agresiones, adicciones a las drogas y al alcohol, violaciones, intentos de suicidio. Esto se ha convertido en un fenómeno que exige una respuesta”, sostiene el ministro.

Sobre este punto, De Micheli explicó que el proyecto se basa en la Ley de Salud Mental, que prevé la internación de personas con problemas de salud mental en hospitales generales. “En otras sociedades como España o Italia comenzaron hace quince años y todavía no terminaron el proceso de cambio, pero avanzaron muchísimo”, afirmó el ministro.

El proyecto implica agregar a las guardias hospitalarias un equipo interdisciplinario de salud mental: un psiquiatra, un psicólogo, una asistente social y personal de enfermería. “Pensamos en internaciones no mayores a los 20 días. Y en acompañar estos desarrollos con casas de medio camino u hospitales de día, que son mecanismos de reinserción social que facilitan la externación.”

–Su antecesor, Donato Spaccavento, se fue en medio de una crisis por los problemas para designar personal en los hospitales. ¿No cree que a usted le puede pasar lo mismo? –preguntó Página/12.

–En principio, durante la gestión de Spaccavento hubo 504 designaciones, que se están incorporando ahora. Sabemos que es un comienzo y que hace falta más gente.

–¿Cuánto personal le falta al sistema de salud porteño?

–No tengo un cálculo válido, pues el tema tiene que ser pensado hospital por hospital.

–¿Los directores de los hospitales no le dijeron cuánto personal necesitan?

–Está bien, pero, ¿cuál es la demanda insatisfecha en un hospital de agudos?, ¿cuánta es la población con NBI en el área de cada hospital que no esta cubierta por el sistema? Estamos empezando a estudiarlo. Porque si a las designaciones no las vinculamos con las prioridades, no vamos a poder satisfacer las necesidades que existen. Sí sabemos que para las guardias de salud mental, a razón de 21 profesionales por hospital, vamos a necesitar 210 profesionales, más 100 enfermeras para sostener las internaciones. Por otro lado, va a haber una reposición automática de las vacantes, que se acordó con el gremio en la última paritaria.

–¿Qué va a pasar con los grandes hospitales psiquiátricos como el Moyano?

–A través de órdenes judiciales estamos avanzando en el reciclamiento edilicio. Por otro lado, el mandado de la ley es la desinstitucionalización que, como dije, es un proceso que en algunos países demandó más de quince años. Por eso tenemos que hacer las dos cosas simultáneamente: atender a las personas internadas en mejores condiciones edilicias y llevar adelante ese cambio.

–La Corte acaba autorizar a una mujer a hacerse una ligadura de trompas. ¿Cuál es su opinión sobre el tema?

–Hay que enfatizar la libertad de las personas para regular su fertilidad. El Estado debe garantizar la información y los medios para que la gente disponga libremente cuándo y cómo tener hijos.

–¿Debe sancionarse una ley en la ciudad en ese sentido?

–No podemos hacer una ley para cada problema. La ley de Salud Reproductiva dice que el Estado debe garantizar el aporte de información y métodos para que cada uno elija. En este momento, los servicios de los hospitales tienen la instrucción de poder hacerlo, con el requisito del consentimiento informado. Sé que hay médicos que siguen pidiendo autorización al juez para hacerlo, pero no es necesario.

–¿Cuál es su posición sobre la despenalización del aborto?

–Sobre ese tema le voy a dar la misma respuesta que dio (la presidenta de Chile) Michelle Bachelet: no creo que en este momento la sociedad se merezca ese debate. Prefiero ocuparme de cómo evitar embarazos indeseados.