SOCIEDAD › DEBATE NACIONAL EN PERU EN TORNO DE UN ROTTWEILER
Un perro que mató a un ladrón es el centro de la polémica. Unos quieren ejecutarlo; otros, condecorarlo. Un juez debe decidir.
› Por Carlos Noriega
Desde Lima
Unos quieren condecorarlo como un héroe, otro lo acusan de ser un asesino y promueven su ejecución. Esa es la intensa polémica entre los peruanos en torno del destino del que hace tres días matara a un ladrón. El tema copó las primeras planas de los diarios y los espacios estelares de los noticieros de televisión y radio. Abundan las opiniones de especialistas, se abrieron foros de discusión y se hicieron encuestas. Pero en el centro de tan apasionado debate no está algún ciudadano envuelto en un intento de robo que terminó con la muerte del delincuente, sino un perro.
La cara negra de Lay Fun, como se llama el rottweiler de la polémica, está presente desde hace tres días en los diarios y la televisión. Los medios promueven un debate que no pocas veces llega al absurdo y le dedican amplio espacio al caso, entrevistando a los vecinos del perro, a víctimas de otros ataques de perros similares, a activistas de los derechos de los animales, a veterinarios, a supuestos especialistas en comportamiento animal y hasta a reputados juristas, que esgrimen con aire de eruditos artículos legales como si estuvieran frente a un caso judicial trascendental.
Todos tienen algo que decir sobre el futuro que le debe esperar al ahora famoso Lay Fun. Y quienes no son buscados por las cámaras para que hablen llaman a las radios para dar su opinión o votan en las encuestas abiertas en Internet. En Radio Programas del Perú (RPP), la estación radial de mayor audiencia en el país, las opiniones arden. “El perro debe ser condecorado, así es como se premia a los policías que evitan un asalto”, dijo una mujer. “Si aceptamos que el ladrón debía morir, entonces estamos aceptando la pena de muerte y ésa no es la solución. El perro debe ser sacrificado porque es un animal letal”, le respondió otro oyente.
Si el destino de Lay Fun se decidiera por las encuestas, el perro tendría la vida asegurada y, seguramente, también su medalla de héroe ya colgada en el cuello. Según la encuesta de RPP, el 89,5 por ciento es partidario de condecorar al perro, mientras solamente 9,4 por ciento está decidido a que sea ejecutado. Incluso hubo quienes se dieron el trabajo de responder la encuesta para decir que no estaban seguros sobre el destino que debería esperarle al perro.
“No maten al perrito”, “Pelean por la vida del perro”, “Fue en defensa propia”, “Marcharán en defensa del perro”, “Rottweiler espera veredicto”, son algunos de los titulares de primera plana de los diarios peruanos de ayer. Incluso el conservador diario El Comercio, el más vendido del país y que tradicionalmente se mantuvo alejado del sensacionalismo, no pudo evitar poner en primera plana una gran foto de la cara de Lay Fun, con expresión de mascota dócil, detrás de los barrotes de la jaula en la que ha sido confinado, bajo el título “la ley lo ampara, pero sigue la polémica”. La ley peruana establece que un perro que mata a alguien debe ser sacrificado, excepto en los casos en los que el animal ataque a su víctima en defensa de su amo o de la propiedad que se le ha encargado cuidar. Los defensores de Lay Fun argumentan que éste mató al ladrón en defensa de la cochera que le habían encargado cuidar y a la cual el infortunado sujeto, un vagabundo de 40 años que vivía en la calle, ingresó de madrugada para intentar robar algunas piezas de los automóviles ahí guardados, y terminó muriendo desangrado luego de que el perro lo destrozara a mordidas hasta romperle la arteria femoral.
El perro fue detenido por la policía e internado en el centro antirrábico. La policía dice que está investigando lo que ocurrió, que está recogiendo evidencias y testimonios, aunque los dos únicos testigos del caso no pueden declarar, uno porque está muerto y el otro porque solamente sabe ladrar. En medio de su supuesta investigación, la policía decidió salir en defensa del perro asegurando que éste había mostrado un buen comportamiento, que al parecer debe entenderse como que no se resistió al arresto. Incluso los policías lamentaron que Lay Fun haya pasado el límite de edad de dos años para ser incorporado a la Policía Canina. El caso ya ha sido tomado por un fiscal, que deberá elevar su informe al juez que decidirá, en aproximadamente diez días, si Lay Fun es un héroe o un asesino que debe ser ejecutado. La Justicia también deberá pronunciarse sobre la suerte del propietario del perro, Fernando Llanos, sobre quien casi nadie se ha ocupado. La ley establece que el dueño de un perro que mata a alguien puede recibir una condena de hasta seis años de prisión. Mientras Lay Fun y su amo esperan el veredicto de la Justicia, la Asociación Protectora de Animales y el entrenador del perro se unieron para organizar una marcha por las calles de Lima en defensa de la vida de Lay Fun. De la víctima casi no se habló.
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