Es el segundo caso de aborto contemplado por la ley en pocos días. Las autoridades mantuvieron todo en secreto por seguridad.
› Por Horacio Cecchi
Del mismo modo que ocurrió con L. M. R., la chica de Guernica que con el apoyo de la Suprema Corte Bonaerense logró interrumpir la gestación producto de una violación, la joven C. C. A. en Mendoza –representada legalmente por su madre y también con el apoyo de la Corte mendocina– logró ser intervenida quirúrgicamente para dar por finalizado su embarazo de 12 semanas, también producto de una violación. La intervención se realizó el miércoles alrededor de las 21 en una institución pública cuyo nombre se mantuvo en reserva para proteger la seguridad de los médicos. Las ONG antiabortistas habían llamado a una marcha que finalmente no se realizó. El clima de presión se fue disolviendo lentamente luego de que por la mañana de ayer oficialmente se informó que se había realizado exitosamente la intervención, que no había llevado más de quince minutos, y que la paciente había sido dada de alta y se encontraba descansando en su hogar. En un comunicado del Cofesa (Consejo Federal de Salud), todos los ministros de Salud del país, a excepción de los de San Juan y Santa Fe, dieron su apoyo “a las familias involucradas, a las autoridades y a los actores del sector de la salud de Mendoza y Buenos Aires”.
Aunque Ana Gazzoli, la madre de C. C. A., finalmente logró cumplir su pedido de interrupción del embarazo de su hija, discapacitada y violada, con el apoyo de la ley y el reconocimiento de la Suprema Corte mendocina, el procedimiento, igual que en el caso de Guernica, fue realizado entre bambalinas, como si se tratara de un procedimiento ilegal y con el temor y la presión provocados por las amenazas de represalias.
Durante la mañana de ayer, el subsecretario de Gestión Sanitaria mendocino, Fernando Scherbovsky, dio la información en conferencia de prensa. “La interrupción del embarazo solicitada en un efector del sector público se realizó anoche. La paciente evolucionó favorablemente y fue dada de alta en el día de la fecha”, dijo en un comunicado leído ante los medios. Luego, el funcionario sostuvo que la práctica fue realizada el “miércoles a la noche a pedido de Ana Rosa Gazzoli, representante legal de la joven discapacitada embarazada a causa de una violación y en cumplimiento de las obligaciones dispuestas a este Ministerio de Salud por la justicia de familia y ratificada por el máximo tribunal de la provincia”.
Scherbovsky agregó que “la intervención duró unos quince minutos” y que C. C. A. se encuentra “en perfectas condiciones y esta mañana (por el jueves) fue dada de alta”. Además, el funcionario aclaró que “de acuerdo con lo ordenado en el apartado II de la resolución judicial, se puso en conocimiento de la realización de la práctica a las fiscalías que investigan el abuso sexual. Personal del Cuerpo Médico Forense se encargó de preservar los elementos de pruebas que posibiliten en un futuro el cotejo de ADN con quien resultare imputado en la causa”.
El martes por la mañana, mientras Ana Gazzoli se encontraba en Buenos Aires solicitando ayuda al ministro de Salud de Nación, Ginés González García, y apenas conocido el fallo favorable de la Corte provincial, los abogados de la familia se reunieron con el ministro de Salud provincial Armando Caletti. Allí quedó establecida la disposición del gobierno de garantizar el cumplimiento de la decisión judicial. El miércoles fue el día clave. Mientras las organizaciones católicas realizaban una cadena de rezos, distribuían panfletos en el hospital Lagomaggiore y se desataba una cadena de amenazas telefónicas, los abogados se reunían con Caletti.
“Nos dijeron que estaba todo dispuesto y que sólo faltaba ultimar detalles sobre cuál de todas las opciones era la mejor –señaló Pablo Barreda, uno de los letrados que participó en la reunión–. Le indicamos que esas opciones se tenían que combinar con un horario posterior a las 18.30, porque a esa hora llegaba la madre en vuelo desde Buenos Aires. El vuelo llegó con unos minutos de retraso, pero alrededor de las 19 la dejamos en la casa y en manos del operativo que montara el Ministerio.” El contacto ministerial fue casi inmediato porque, dos horas después, C. C. A. era internada para realizarle la intervención que quince minutos después concluía. Ayer por la mañana, la joven ya descansaba en su casa.
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