En tiempo record –menos de tres meses– la Ciudad de Buenos Aires logró construir un esdadio con capacidad para 14 mil espectadores sentados y llega justo para cumplir con el compromiso que asumió: ofrecer el escenario para la semifinal de la Copa Davis, entre Argentina y Australia, que se jugará entre el 22 y el 24 de septiembre. El estadio, ubicado en el Parque Roca, en el barrio de Villa Soldati, está casi terminado y aunque ahora las tribunas rodean una superficie de polvo de ladrillo, podrá convertirse en cancha de básquet o de voley e, incluso, admite montar un escenario para desarrollar un espectáculo artístico o musical. Para 2007 está prevista la construcción de un techo corredizo, lo que lo convertirá en el primero de esas características en todo el país y el estadio cubierto con mayor capacidad de la ciudad.

El primer pilote para levantar el Estadio Parque Roca se colocó el 5 de junio último. Hoy, 87 días después, la estructura de hormigón está totalmente armada y sólo faltan colocar algunas butacas plásticas y los parantes metálicos de protección en las tribunas. No fue una construcción clásica con llenado de hormigón: las tribunas se levantaron mediante el montaje de piezas elaboradas en las plantas que la empresa constructora tiene en Córdoba y en Buenos Aires. Se trata de la empresa Astori, la misma que construyó aquí las canchas de San Lorenzo y Deportivo Español.

El estadio está ubicado en el extremo oeste del Parque Roca, un enorme espacio verde de 240 hectáreas, en el sur de la ciudad. El acceso está sobre la Avenida Roca al 3900, entre el arroyo Cildáñez y el lago de Soldati, y según informan desde el gobierno porteño, hay espacio para estacionar 8000 vehículos.

La obra se realizó a partir de una iniciativa de la Corporación del Sur, un organismo descentralizado dependiente del Ejecutivo porteño cuya misión es promover el desarrollo de la zona sur de la ciudad. El costo de la construcción en esta primera etapa fue de 11,5 millones de pesos, sin contar las obras de infraestructura –electricidad, sanitarios, comunicaciones, entre otros–, que representaron otros 5,5 millones.

La segunda etapa, prevista para el año próximo, contempla un techado de acero, corredizo, de manera que el estadio pueda utilizarse para eventos al aire libre o como espacio cerrado. “Para convertir la cancha de tenis en una para básquet o vóley, sólo hay que instalar un piso de madera, que será removible”, explicó a Página/12 Enrique Rodríguez, ministro de Producción y titular de la Corporación del Sur. El espacio también es apto para desarrollar espectáculos artísticos y recitales. Por eso se lo denomina estadio “multipropósito”. La segunda etapa también incluye la construcción bajo las tribunas de vestuarios, gimnasio, un auditorio, sala de prensa, confitería y comedor.

Aunque, por razones obvias, el acceso a los eventos deportivos será mediante el pago de una entrada, Rodríguez lo piensa también como un espacio público, para la práctica de deportes de los niños de la zona sur de la ciudad. “Estamos trabajando en un acuerdo con la Asociación Argentina de Tenis para crear una escuela de alto rendimiento para chicos, con un programa de becas para que los de mejor nivel se puedan dedicar a la actividad”, adelantó el ministro. También se firmó un acuerdo con la Confederación Argentina de Básquet para construir allí la Ciudad del Básquet, un centro de entrenamiento para la Selección Nacional.

Rodríguez, junto con el secretario de Hacienda porteño, Guillermo Nielsen, encabezó ayer una visita a la obra, con la intención de mostrar el resultado de los trabajos a la prensa. “Es una obra trascendente para la zona sur”, aseguró Rodríguez. A primera vista, parece un espacio estratégico: a cinco minutos de la General Paz y a 20 del Obelisco, el estadio puede darle vida a un lugar que hoy es poco frecuentado.