Mar 29.08.2006

SOCIEDAD  › NATASCHA NO SE SIENTE VICTIMA DE SU SECUESTRADOR

“Wolfgang fue una parte de mi vida”

› Por Cecilia Fleta *Desde Berlín

Natascha Kampusch, la joven austríaca de 18 años que la semana pasada huyó de un secuestro de más de ocho años, cerca de Viena, se resiste a ser una víctima. En una carta a los medios de comunicación leída ayer por su psiquiatra en una rueda de prensa, en Viena, Natascha dice: “No tengo la sensación de haberme perdido nada”. Pidió respeto a su vida privada y reiteró que contará su historia cuando se sienta preparada. En tanto, los padres de Natascha se quejan porque hasta ahora no pudieron ver a su hija. La policía austríaca aclaró que la reclusión de Natascha durante el fin de semana ha sido voluntaria.

La chica fue raptada por el ingeniero Wolfgang Priklopil a la edad de 10 años, cuando iba al colegio, el 2 de marzo de 1998. El raptor había construido una habitación debajo del garaje de su casa unifamiliar donde la niña vivió ocho años. Priklopil, de 44 años, se suicidó tirándose a la vía del tren cuando descubrió que Natascha había huido.

“El no era mi amo. Yo era igual de fuerte (que él), pero, simbólicamente hablando, me llevaba en volandas y me trataba a patadas. Sin embargo, y eso lo sabía él y lo sabía yo, se equivocó de víctima”, dice Natascha sobre la relación con su secuestrador. “Nunca le llamé amo, aunque él lo deseaba. Yo creo que lo deseaba, pero realmente no lo decía en serio.” La joven, que vivió 3097 días en cautiverio, defiende su derecho a la intimidad. “Mi habitación estaba suficientemente habilitada. Era mi espacio, y no estaba hecho para mostrarlo públicamente”, señala. El día a día con el secuestrador lo describe como algo rutinario: “Casi siempre desayunábamos juntos –él no solía trabajar–. Labores domésticas, leer, ver la televisión, conversar, cocinar... Así fue, durante años. Todo ello vinculado al miedo a la soledad”, explica comprensiva sobre su secuestrador.

Sobre su situación actual, Kampusch dice sentirse bien en el lugar secreto en el que está alojada temporalmente, “quizás un poco tutelada”, reconoce. Según adelantó ayer su abogada, Monika Pinterits, Natascha se mudará pronto a un piso tutelado, donde tendrá contacto con jóvenes de su edad. “He decidido que sólo quiero tener contacto telefónico con mi familia. Yo decidiré cuándo ponerme en contacto con periodistas”, añade. Los padres de Natascha se habían quejado el fin de semana pasado de que no sólo no podían ver a su hija, sino de que ni siquiera se les informaba de su paradero.

Según la carta, Natascha no se siente víctima de Wolfgang. “El fue una parte de mi vida. Por eso de alguna manera me entristece su muerte. Naturalmente es cierto que mi juventud es diferente a la de otros, pero en principio no tengo la sensación de haberme perdido nada. Me he ahorrado algunas cosas, no haber comenzado a fumar y a beber y no haber tenido malas amistades.”

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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